Revista de Prensa


· 18/10/2013

Sus más de treinta años como cazador y su vinculación desde hace más de una década a la Federación Galega de Caza, de la que es presidente desde enero de 2011, permiten a Javier Nogueira ser un gran conocedor de la actividad cinegética. Y apunta a que la temporada, «al igual que sucede en el resto de Galicia», se presenta de forma desigual en el territorio barbanzano: «En lo referente a la caza mayor, el jabalí se mantiene en niveles parecidos a los de años precedentes, mientras que la menor es un asunto bien distinto pues tanto la mixomatosis como la neumonía hemorrágico-vírica parece que han mermado mucho la población de conejo».

La parte positiva viene dada por la perdiz. Nogueira valora de forma positiva la evolución que ha tenido esta especie en algunas áreas geográficas, entre las que incluyen algunos montes de la comarca. «El caso de la perdiz es muy curioso porque se creía que la recría no saldría adelante pero, al final, sí lo hizo. Su población varía mucho de un lugar a otro y depende, en gran medida, de los trabajos de repoblación que hayan hecho las asociaciones de cazadores. Me consta que en el caso de Barbanza las entidades se preocupan mucho por el estado de su Tecor y han realizado un buen trabajo durante la primavera». Tareas que, según Javier Nogueira, se vieron afectadas en algunos casos por la ola de incendios que afectó a la zona durante el verano. «Los fuegos forestales son una desgracia. A los cazadores, como ciudadanos y como deportistas, nos afectan mucho. Además del incalculable daño ambiental, los terrenos quemados están vedados para la caza, como norma general, durante los tres años siguientes».