Revista de Prensa


Los cerca de medio millar de cazadores con licencia en la comarca regresaron ayer a los montes en una nueva temporada marcada por la escasez de conejos. La primera jornada del año se desarrolló sin incidentes de importancia y en esta ocasión no se registraron envenenamientos de perros como los que en 2007 afectaron a los socios del Territorio Cinegéticamente Ordenado (Tecor) de Moaña-Marín.
Iván Riobó · 20/10/2008

En Bueu y Cangas hace ya bastantes años que no se producen este tipo de hechos.
El conejo fue el auténtico protagonista en la apertura de la temporada de caza a pesar del descenso que experimentó la población de esta especie en los últimos años en O Morrazo. Los cazadores culpan de esta situación a la propagación de enfermedades -misomatosis y vírica VRD- y al aumento en el número de alimañas, como el visón americano, la marta o la jineta. No se contabilizaron capturas de especies como jabalí, zorro o faisán.
La novedad de este año fue la reapertura de las zonas quemadas en la ola de incendios de 2006. El Tecor más beneficiado en este sentido fue el de Moaña-Marín. El fuego arrasó hace dos años la mitad de su superficie, unas 1.300 hectáreas, que en esta ocasión volvieron a recibir la visita de los cazadores. Fue precisamente en esta zona donde mayor número de capturas se registraron. El guardia del Tecor lo achaca a que todo este tiempo sin cazar favoreció su regeneración. De todas formas, no todos los cazadores consiguieron cubrir el cupo de dos piezas por persona y día que fijó la sociedad cinegética.
En Cangas en tope de capturas se limita a una por cazador. Desde el Tecor de la localidad indicaron que se trata de una medida destinada a favorecer la repoblación de la especie. Fueron muchos los que consiguieron abatir un conejo e incluso hubo quien levantó alguno más pero no pudo dispararle porque ya había cubierto el cupo máximo. En esta zona se realizaron algunas batidas en busca de jabalí. En una de ellas participó Agustín Portela. Este cazador cangués reconoce que aunque los perros consiguieron detectar algún rastro, no lograron ver ningún ejemplar.
La mayor parte de las 115 personas que cazan en el Tecor de Cangas se dedican al conejo, aunque también hay quien opta por la torcaz, el zorzal y el zorro. Otras especies como el faisán, la perdiz o la codorniz se pueden abatir en la zona de caza permanente, donde se practica la modalidad de caza sembrada, consistente en la suelta previa. Precisamente la sueltas de conejos realizadas por la sociedad cinegética en los últimos años hizo que se mantuviesen las capturas en el primer día de la temporada. "Aínda que os que viven en liberdade non aumentaron", se lamenta Agustín Portela.

Luna llena
El presidente de la Sociedad de Caza de Bueu, José Pérez, se mostró sorprendido por el desarrollo de la jornada. "Foi mellor do que pensabamos porque cando hai lúa chea o coello anda toda a noite de baranda e despois pola mañá métese na toba", señala. Por eso en esta época el éxito depende, más si cabe, de la suerte "e do bos que sexan os cans". Pérez explica que acostumbra a salir al monte con cuatro compañeros más, aunque ayer sólo cogieron las escopetas tres. "Non estivo mal; levantamos bastante caza e collemos catro coellos pola mañá e un pola tarde".
Como en el resto de Tecor, esta especie es la más abundante, aunque también hay jabalí, zorro y faisán. Y vecada, aunque la temporada de esta apreciada ave comienza a partir de noviembre. En Bueu hay unos 110 cazadores y este año se reservaron 10 invitaciones para aficionados foráneos.