Revista de Prensa


La nueva Ley de Seguridad Vial exime de responsabilidad a los cotos de caza
Xoan R. Alvite · 21/12/2014

Ojalá no le pase nunca. Porque si por cualquier circunstancia tiene la mala suerte de atropellar a un jabalí, o a cualquier otra especie cinegética, que sepa que lleva todas las de perder.

Además del consecuente susto y del desembolso económico que tendrá que realizar para reparar unos desperfectos que, por regla general, acostumbran a ser bastante considerables, deberá guardarse para sus adentros su rabia y su indignación, pues no podrá reclamar absolutamente nada a nadie.

A principios de mayo entró en vigor la última reforma de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial -concretamente la disposición adicional novena publicada en la página 29.520 del Boletín Oficial del Estado del día 9 de abril, por si quiere ampliar datos-, que establece que el conductor es el único culpable en caso de atropello a especies cinegéticas. Desde entonces han sido muchos los automovilistas que han sufrido en sus propias carnes las consecuencias de esta polémica norma.

Y es que, hasta el momento, eran las sociedades de cazadores, a través de sus pólizas de seguros, las que se hacían cargo de los daños que causasen las especies que tuviesen en el territorio que gestionaban. O, en su defecto, y en determinados casos, incluso el titular de la carretera en la que hubiese sucedido el accidente. Es decir, ayuntamientos, Xunta de Galicia o Diputación de A Coruña. A todas luces, parecía más justo.

Las excepciones

De hecho, como toda buena norma, la de Tráfico también tiene sus excepciones. Una de ellas obliga precisamente a las Administraciones a pagar los desperfectos causados por la fauna en los vehículos en el caso de que estos se hayan producido en un lugar donde el vallado de la carretera presente deficiencias o en aquellos tramos de alta siniestralidad en los que no existan señales que indiquen la presencia de animales sueltos.

O sea, olvídese de la posibilidad de recibir aportación alguna por los daños que pueda sufrir su coche porque donde hay accidentes con cerdos salvajes no acostumbra a haber valla que reparar e instalar señales en determinados puntos suele ser sensiblemente más barato que pagar los platos, en este caso automóviles, rotos. Las Administraciones lo saben y ya lo están haciendo.

Sociedades cinegéticas

¿Cabe deducir de esto que los cazadores ya no tienen por lo tanto ninguna responsabilidad? En líneas generales no.

De hecho, las sociedades cinegéticas solamente tendrán que hacerse cargo de los desperfectos ocasionados por animales dentro de los límites de su Tecor -los comúnmente conocidos como cotos- si estos tienen lugar durante una jornada de caza o en las doce horas inmediatamente posteriores. Es decir, si se puede probar que los jabalíes invadieron la carretera escapando de una cacería, gancho o montería. Circunstancia esta que tampoco resulta relativamente fácil de demostrar.

Así que ya lo sabe. Asegúrese por lo menos de que el seguro de su coche cubre los daños derivados del atropello a una especie de caza porque, aún no teniendo nada que ver, si arrolla a un jabalí, el culpable será usted.

La situación es delicada para muchos automovilistas porque últimamente se registran accidentes circulatorios con relativa frecuencia en vías principales, especialmente en la AC-550, a consecuencia de la irrupción de animales en la carretera. La presencia de jabalíes se ha disparado y, por ejemplo, hace dos semanas, un piloto se cayó de la moto en Carnota porque un cerdo salvaje cruzó la vía. También en Carnota, a principios de mes, un coche dio tres vueltas de campana cuando la conductora intentó esquivar a un jabalí que se interpuso en su camino.