Revista de Prensa


Pese a que el período oficial de caza apenas dura cuatro meses, el volumen de negocio que esta genera en las comarcas de Fisterra, Soneira y Bergantiños, además de Cerceda, supera ampliamente los 4,5 millones de euros.
Xoan Ramón Alvite · 25/10/2009

Ello la convierte en una de las actividades lúdicas, de las denominadas sociales, que mayor cantidad de dinero mueve de cuantas se llevan a cabo en la zona. Tal es la importancia de esta modalidad deportiva que en el conjunto de la comunidad su repercusión económica, estimada en 98 millones de euros anuales, se equipara a la de sectores tan pujantes como el vitivinícola.

Según la Federación Galega de Caza, el gasto medio por cazador para la presente temporada, que se prolonga desde el 18 de octubre hasta el 6 de enero próximo, se sitúa en 1.745 euros. De ellos 540 euros se destinan a gastos relacionados con la hostelería y los desplazamientos, otros 510 a la asistencia a eventos y 410 euros más a la compra de animales y gastos veterinarios. Los cazadores de la zona también desembolsan, de media, 110 euros por campaña a la compra de armamento y munición, 95 a la adquisición de vestimenta y 80 euros más al pago de licencias y seguros.

Estas cifras no solo son confirmadas por miembros de varias asociaciones de cazadores de la comarca, consultadas por este periódico, sino que algunos de ellos incluso las consideran escasas si se tiene en cuenta que cada vez son más los cazadores de la zona que se desplazan a zonas de fuera de Galicia para participar en cacerías organizadas. De hecho la Federación Galega de Caza cifra en el 20,8% el porcentaje de cazadores que se desplaza, al menos una vez al año, a otras comunidades autónomas para practicar su afición. «Se só compras o básico pode ser que incluso te arranxes con menos. Se, pola contra, vas cazar fóra de Galicia, cambias de escopeta ou compras algún can, esta cantidade aumenta moito», apunta un aficionado de Zas que lleva más de 30 años cazando en los montes de la comarca. De esta opinión es otro de Vimianzo que también tiene permiso para el coto de Mazaricos. «Se cazas en máis dun coto, como é o meu caso, os gastos dispáranse, porque entre os desprazamentos, os permisos, carro de coche e o resto do equipamento en xeral vaise moito diñeiro».

Resulta relativamente habitual que un mismo cazador pertenezca a más de una sociedad de cazadores y tenga autorización para practicar su afición en los cotos de distintos ayuntamientos, los llamados tecores.

Se calcula que cuatro de cada diez cazadores de la zona pertenecen a varios, a alguno de los cuales solo puede accederse mediante invitación o bien por derecho propio al contar con terrenos en propiedad dentro del municipio. Otros, sin embargo, utilizan la venta de permisos a aficionados foráneos como forma de financiación de la sociedad.

Solo 20 días al año

El impacto económico de la caza en la comarca queda todavía más de manifiesto si se tiene en cuenta el escaso número de jornadas de las que disfrutan los cazadores de a Costa da Morte. De los datos recogidos en el Estudio socioeconómico sobre la caza y el perfil del cazador en Galicia , publicado por el Observatorio de la Caza, dependiente de la Federación Galega de Caza, se estima que el promedio de días que los aficionados van al monte no supera los 20.

El informe federativo también incide en aspectos como el equipamiento y avituallamiento de los aficionados. Así se desprende que la media de perros por cazador se sitúa en cinco y que más del 70% disponen de un remolque para trasladar a sus animales. Otro 15% de los 2.550 cazadores censados en la comarca van más allá y disponen de un vehículo dedicado en exclusiva a su afición.