Únicamente, en casos de adiestramientos de perros. Pero principalmente se decantan por otras zonas como las costas de O Val, en el vértice opuesto de la parroquia. Aún así, consideran que hablar de perros salvajes es arriesgado, ya que hace tiempo que no se tiene constancia de su existencia en la zona. Por eso, lo más plausible es que el can que atacó al vecino de O Foxo fuera alguno de los muchos que están encerrados en alguna finca, que pudo liberarse de alguna manera.
El último caso de canes salvajes que trascendió en la comarca fue en el municipio de San Sadurniño en el 2002. Tras la aparición de decenas de reses muertas en varias explotaciones, los afectados atribuyeron las mordeduras que presentaba el ganado a lobos o perros salvajes. La polémica desembocó en una batida para dar captura a los ejemplares.
Por el contrario, desde la sociedad de caza sí argumenta que se dan casos de vez en cuando de abandono de animales. Pero añaden que es sospechoso que aún no lo hayan encontrado porque «suelen aparecer al cabo de unos días en los mismos sitios».