Revista de Prensa


Las ministras de Medio Ambiente de España y Portugal recogieron ayer en Lobios el diploma de la Unesco
Fina Ulloa · 23/5/2010

El responsable de la División de Biosfera de la Unesco, Miguel Clüsener-Godt se desplazó ayer a Lobios para hacer entrega personalmente a las ministras de Medio Ambiente de España y Portugal el título de la declaración de la Reserva de la Biosfera Gerês-Xurés, que fue reconocida el pasado año por este organismo internacional e integra a once municipios a ambos lados de la frontera, seis ourensanos y cinco portugueses.

Los mandatarios locales fueron invitados destacados en el acto, al que acudieron también muchas otras personalidades de ambos países, entre ellas el conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez que fue el encargado de recibir finalmente el título de manos de Elena Espinosa, mientras que la lusa Dulce Pássaro se lo entregó al director del Parque Nacional Peneda-Gerês, Laxido Domingo.

Las representantes estatales señalaron que desde sus ministerios van a intentar convertir esta nueva Reserva de la Biosfera «en un referente y ejemplo para Europa», matizó Espinosa. Un compromiso que también refrendó su homónima lusa, que recordó la unión que, al margen de fronteras administrativas, siempre han tenido los pueblos y los habitantes de la zona.

Cabe recordar que en el mundo la Unesco tiene declaradas 553 reservas de la biosfera repartidas en 107 países, pero solo 9 son transfronterizas. Esta del Gerês-Xurés es además la segunda que tiene España (la otra está en Andalucía y se comparte con Marruecos), y es la primera de ámbito peninsular.

Podrán mantenerse las actividades tradicionales y crear otras compatibles con el medio

La diferencia entre la figura de Reserva de la Biosfera y otras de protección del medio natural es que ésta preserva los asentamientos y la actividad humana de la zona. Es decir no se trata de una figura proteccionista exclusiva de fauna, flora y recursos naturales, sino también del hombre y la actividad tradicional que haya venido desarrollándose en ese territorio.

En la práctica los habitantes de la zona de reserva van a poder seguir desarrollando las actividades que sean sostenibles y respeten el medio como hasta el momento: agricultura, ganadería, selvicultura, pesca o caza en las zonas habilitadas para ello, de acuerdo con las normativas en vigor en ambos países. Pero también podrán incorporarse nuevas iniciativas que se ajusten a esos parámetros de desarrollo sostenible en otros campos, incluido el turístico.

En el plan de acción de la reserva se fijan además algunas iniciativas concretas, como una guía del habitante y otra de arquitectura tradicional, una central de reservas para el turismo o programas de seguimiento de especies como la cabra o el águila real.