Revista de Prensa


No es el techo de Galicia, pero casi. Los 1.700 metros de altura a los que se encuentra la cumbre más alta de la sierra de Camba han hecho muy complicadas las labores de extinción del incendio. De ahí que haya sido de gran importancia la labor desarrollada por los medios aéreos destinados por la Xunta a la zona del fuego.
· 2/9/2010

Hasta 30 aeronaves han tomado parte en los trabajos para sofocar las llamas, que se volvieron especialmente virulentas durante la tarde del lunes y la jornada del martes. Ya por la noche, debido a la falta de luz, los trabajos se limitaban a los medios terrestres.

Ayer mismo, varios helicópteros del servicio de extinción de la Xunta aún sobrevolaban la zona afectada, para mantener húmedo el terreno y evitar así que resurgieran las llamas.

La columna de humo que provocó el fuego llegó a ser visible a varios kilómetros de distancia y puso en alerta a todos los vecinos de la comarca, que nunca antes habían visto un incendio de estas dimensiones, ni de semejantes consecuencias.

Tristeza

Ayer mismo, terminadas ya las labores de extinción, muchos habitantes de la pequeña aldea de Camba se desplazaron en sus vehículos todoterreno hasta la zona afectada, para ver con sus propios ojos las consecuencias de un desastre ecológico que dejará una huella imborrable en el paisaje de la zona, ahora teñido de negro.

Muchos de ellos no ocultaban su tristeza por lo ocurrido, pero tampoco la indignación por la forma en la que, según ellos, se han desarrollado las labores de extinción. Afirman que en un primer momento los medios de la Xunta se concentraron en proteger los dos parques naturales cercanos a las llamas, dejando que las llamas asolaran el resto de la sierra y se llevaran a su paso casi dos mil hectáreas de un poblado coto de caza en el que habitaban especies como ciervos, corzos, jabalíes, perdices o liebres.

«Se ha perdido todo, aquí no se podrá volver a cazar nada en dos años», aseguraba el presidente del coto de caza de Camba, Jorge González, que apunta a que se deberían reforzar los trabajos de prevención durante el invierno, para evitar desastres de esta magnitud.