Revista de Prensa


Hace aproximadamente un año, un cazador vio un atractivo jabalí deambulando por la sierra de Barbanza, en el tecor que comparten las sociedades Castelo de Vitres, de Boiro, y Folgoso, de A Pobra. Con su escopeta apuntó a la pieza y disparó, pero erró el tiro. El bicho era tan grande y huyó a tanta velocidad que el hombre, cada vez que contaba el hecho, aseguraba que más que un cerdo bravo parecía un Seiscientos.
M. Ares / M. Diesta · 4/9/2011

Fue así como entre los practicantes de esta ancestral actividad se extendió la leyenda de Seiscientos, un jabalí descomunal del que todo el mundo hablaba en el monte, pero que muy pocos habían podido tener en el punto de mira de sus escopetas. Hasta ayer.

Dos perros heridos

En la batida quincenal que los integrantes de ambas sociedades de caza realizan por su coto, saltó el famoso Seiscientos, y hacia él se orientaron todas las armas, porque era la pieza más codiciada de la redonda. Finalmente cayó, no sin antes dejar la firma de su agilidad y fortaleza en dos de los perros que contribuyeron decisivamente a que la emboscada acabara con éxito, después de varias otras frustradas. Los sabuesos acabaron en el veterinario, y el portentoso jabalí, sobre el remolque que transportaba los canes, con el que posaron algunos de los integrantes de una partida formada por unos quince cazadores.

El animal dio un peso de 121 kilos y sus prominentes colmillos probablemente pasen a ser un trofeo medallable, según informaron fuentes de los participantes en la batida.

Los cazadores de ambas entidades realizan batidas cada quince días. En la anterior, alcanzaron cinco piezas de jabalí, lo cual fue una buena noticia para ellos, pero también para los agricultores de la zona, ya que ejemplares como Seiscientos son capaces de arrasar con una plantación entera de maíz. Según parece, en el monte hay muchas hembras de esta especie con crías, lo que garantiza piezas para temporadas de caza futuras.