Desde 2011, Javier Nogueira Diz es el presidente de la Federación Gallega de caza. Antes lo fue de la delegación pontevedresa. Una actividad, la cinegética, que tiene uno de los mayores índices de participación de la comunidad, y en la que mañana, miles de aficionados saldrán a los montes a disfrutar de ella.

-¿Son halagüeñas las perspectivas para esta temporada?

-Es complicado generalizar. En caza mayor, daría una perspectiva global de estabilidad. Si vamos a la menor, con las enfermedades en el conejo, la mixomatosis, y la neumonía hemorrágica, han causado bastantes bajas. En la perdiz, la presencia de autóctona es testimonial. Lo que se hacen son repoblaciones previas y aprovecharlas. Hay tecores en Lugo y Ourense que cuentan con población estable de la perdiz roja, y parece que ha criado bastante bien.

-¿Las enfermedades que atacan al conejo son una guerra perdida?

-Hay que aprender a convivir con ellas. Hay picos, que dejan algunas zonas en cantidades pírricas. Y en la mixomatosis parece que hay alguna resistencia, ya no barre como antes.

-¿Afectan los incendios?

-En esas zonas no se puede cazar en tres años. El fuego es una lacra añadida al desarrollo de todas las especies, cinegéticas y no. Esta ola tocó a tecores determinados, como en Oia, en Pontevedra; o en Cualedro, en Ourense, o en Barbanza. Acorta su extensión. Los incendios son uno de nuestros mayores enemigos. Diezma las poblaciones, su hábitat, y ralentiza la recuperación. Solo nos podemos salvar si la sociedad se conciencia de lo dañinos que son.

-¿La prioridad debe ser mimar los hábitats?

-Por supuesto. Desde la Federación, nuestro concepto es que el cazador del siglo XXI cuida el medio ambiente y lo gestiona y aprovecha de forma racional.

-¿Hay una estabilización en el número de cazadores?

-Estamos alrededor de los 50.000. En el último lustro se ha estabilizado. Si hablamos de las últimas tres décadas, hablamos de descenso importante.

-¿Hay relevo generacional?

-Los jóvenes no pueden incorporarse hasta los 16 años, pero se está estabilizando. Hay que tener en cuenta que la caza es una actividad que básicamente se mueve en el entorno rural, y en esta Galicia cada vez menos rural también hay que aplicarle ese factor corrector. Aunque asisto a los exámenes de permisos de armas y se ven muchos jóvenes.

-¿Cómo sería su día de caza perfecto?

-Uno en el que salgo por la mañana con mis perros, que soy capaz de avistar algunas piezas y tengo un regreso feliz, no solo mío, sino de todos los cazadores gallegos. Que no haya incidentes. Del monte se disfruta no solo cazando. Y en Galicia tenemos un territorio privilegiado.