El grave accidente de un cazador de Cee, herido de un balazo el sábado mientras participaba en una batida del jabalí, ha vuelto a abrir el debate sobre las precauciones y medidas de seguridad que deben adoptarse en un colectivo que, en la Costa da Morte, aglutina a más de 2.500 personas repartidas entre 22 sociedades cinegéticas, que se reparten los territorios en terrenos cinegéticamente ordenados (tecores, antiguos cotos). En genera, solicitan precaución y prudencia a la hora de salir al monte.

El presidente de la Federación Provincial de Caza, Manuel Saa Casariego, reconoce que existe preocupación cuando se producen este tipo de casos, y pide «que non se baixe a garda». Asegura que desde la entidad que preside han realizado campañas para incentivar precisamente un mayor grado de alerta y formación. «A seguridade é algo elemental, básico, iso non hai que esquecelo, a xente non pode confiarse, e o xefe da cuadrilla nas batidas ten que colocar a todos os participantes, e estes non poden moverse sen o seu permiso, iso é básico para saber cara onde disparar», señala.

Ramón Bértoa, de Montemaior, veterano juez y adiestrador, además de presidente de una sociedad cinegética, cree que las armas que se usan para el jabalí no deberían de ser tan potentes, «parecen armas de guerra», señala. Y -añade- hay cazadores que no están preparados para usarlas, o no conocen bien su objetivo: «Levamos poucos anos ao xabarín, e a xente aínda non está moi concienciada do perigo», advierte.

También es veterano Rogelio Pereira, de San Miro de Malpica. Asegura que, en el caso de su tecor, cada año hablan con los jefes de las cuadrillas para recordarles la necesidad de tener precaución. «Pero iso é como un accidente de coche, por moi ben que vaias, se cadra vén outro que non, e pasa o que pasa», lamenta. En su opinión, se evitarían sustos si en todos los casos se actuase con «responsabilidade e acatando as normas». Con todo, cree que para el elevado número de permisos de caza, el porcentaje de incidencias es bajo.