En veinte días entrará en vigor la nueva Lei de Caza de Galicia, que sustituirá a la primera, aplicada en 1997. A espera de analizar con detalle el texto que ayer publicó el Diario Oficial de Galicia, las sociedades de caza dezanas dicen afrontar con "esperanza" y "alivio" estas nuevas directrices en lo que a la parte económica se refiere. Y es que uno de los cambios más sustanciales es el referido a la compensación de daños en cultivos o en caso de accidentes provocados por la fauna salvaje.

La nueva norma, de la mano de futura Lei de Tráfico, responsabiliza a los colectivos de cazadores únicamente cuando los desperfectos se produzcan durante las cacerías o en las 24 horas posteriores, mientras que hasta ahora eran "computables cualquier día del año", según explica el presidente de la Federación de Caza de Pontevedra, Francisco Couselo. Esto supone un lastre económico difícilmente asumible por los pequeños tecores, muchos de ellos abocados a desaparecer al no poder hacer frente a los costes de seguros e indemnizaciones.

Otra de las mejoras que destaca es la referida a la seguridad. La ley actual prohibe cazar a menos de cincuenta metros de las vías y caminos de uso público, lo que, a juicio del sector, complica la práctica de las cacerías dada la idiosincrasia de Galicia, con infinidad de pistas y caminos forestales. La norma que se aplicará en menos de un mes amplía el campo de trabajo puesto que establece que tendrán que ser viales "debidamente señalizados", apunta Couselo.

"Lo más importante es que recoge por primera vez un Fondo de Corresponsabilidad para la reclamación de daños cinegéticos", comenta el presidente de la Sociedade de Caza e Pesca de Silleda, Jesús Pérez, algo que "da tranquilidad y viabilidad a los tecores". Sin embargo, lamenta que siga manteniéndose la edad mínima para practicar la caza en los 16 años y no en los 14, como en el resto de España.

Totalmente contrario a la ley se muestra el responsable del Tecor Farelo (Agolada). "Es una ley redactada en base a criterios económicos", sostiene José Manuel Blanco. "¿Por qué tenemos que pagar nosotros los accidentes de tráfico y las pérdidas de las cosechas? Aún por encima de solucionar un problema (el de la sobrepoblación de fauna salvaje), tener que pagar", argumenta.