Los cazadores avisan de que son demasiados jabalíes, que la van a liar mucho más gorda de lo que han hecho hasta ahora. Los animales se concentran en la zona de O Xuncal, en Bergondo, una línea que discurre paralela al río Miodelo. Recientemente han invadido varias fincas donde sus propietarios tenían la esperanza de ver crecer las plantas de las patatas. Pero este año tendrán que comprarlas. Los jabalíes se las han comido todas. Días atrás, estos animales que invaden fronteras con nocturnidad, hicieron lo mismo en la zona betanceira de Castro. Su radio de acción llega a las cercanías de Sada, donde llegaron a levantar el cierre del albergue de Gandarío. Esta gran familia de jabalíes, en la que calculan unos cuarenta miembros, tiene varios puntos de paso. Uno por Fiobre y otro muy cerca de la Casa do Concello de Bergondo. De hecho, en esa zona sufrió heridas una conductora a principios de mayo al chocar su vehículo contra un jabalí. Los cazadores de la sociedad As Mariñas han solicitado permisos a la Xunta para nuevas batidas que reduzcan la población. «Os últimos danos son descomunais, levantaron fincas enteiras, por iso resulta incrible que non nos deixen matalos», sentencia Manuel Golpe, uno de los cazadores presentes en anteriores batidas en la zona. «A Xunta tardou tres días en darnos unha resposta, que ademais foi negativa. Van seguir os problemas», vaticina este cazador.