Por este motivo el prestigioso colectivo ecologista, que dirige Serafín González, ha alertado ayer a través de un comunicado público de la situación de declive numérico que sufre la población de codorniz en esta zona de A Limia y ha solicitado a la Dirección General de Conservación de la Xunta de Galicia que extreme las precauciones a la hora de aprobar el aprovechamiento cinegético especial de la codorniz para este año, así como los condicionantes que la propician. 

La SGHN solicita asimismo al Gobierno gallego que se le faciliten los censos o estimaciones de la población de codornices que hay en la actualidad en la comarca de A Limia para la presente temporada, que controle los que elaboran los Tecor y que vigile los cupos de captura, para controlar la prohibición de capturar jóvenes y hembras con cría. 

Piezas abatidas 

Por otro lado, desde la Sociedade Galega de Historia Natural demanda también a la Administración que "persiga el escandaloso abandono deliberado" de piezas abatidas en el campo. Es decir piezas abatidas que no son aprovechadas al menos posteriormente con fines gastronómicos, motivo que movió siempre la caza controlada. 

"Los datos oficiales demuestran, sin ninguna duda, que en la primera semana de septiembre y en agosto una cuarta parte de las aves censadas son hembras, en temporada de cría, por lo que lo que la apertura de la temporada de caza es ilegal", ha advertido en declaraciones a la agencia EFE el presidente de esta asociación, Serafín González. 

Este científico del Centro Superior de Investigaciones (CSIC) en Galicia recuerda que este hecho "se viene denunciando" desde 2001, desde la constitución del aprovechamiento cinegético especial de codornices, y han cuestionado los datos existentes sobre estimaciones de hábitat disponibles y censo de aves. 

También recalca en ese comunicado público en el que solicita que se retrase el periodo oficial de caza de codorniz en la comarca de A Limia el "severo declive" de codornices en A Limia, "la mejor zona de la especie en Galicia" y único lugar donde se permite la caza estival, que ha pasado de las 8.927 aves abatidas en 2001, a las 6.882 en 2013. 

Según el responsable de la Sociedade Galega de Historia Natural, "una cuarta parte" de las capturas no se recogen, dato que "coincide", aseguran, con el porcentaje de especies jóvenes y hembras con cría abandonados, cuya captura es "sancionable".