La temporada de caza menor comenzó ayer en toda Galicia de una manera sorprendente. A pesar de las pesimistas previsiones que alertaron una temporada complicada, los cazadores de la provincia han logrado cazar varios conejos.

Francisco Couselo, presidente provincial de la Federación Galega de Caza, estrenó la temporada en la zona de Xesta, en A Lama. Allí, él y sus dos compañeros pudieron cazar cuatro conejos. «Fuimos por la mañana y por la tarde, al ser el primer día de caza, hay que aprovecharlo», comentó Couselo.

El dirigente federativo valoró la jornada inaugural como «un día redondo, completo», en la que la meteorología acompañó. «Nosotros fuimos tres y cazamos cuatro conejos», indicó.

«Todavía no tengo datos de las demás provincias pero en Pontevedra, en líneas generales, fue una buena jornada caracterizada por el tiempo, que propició que las capturas fuesen bastantes». Las cuadrillas de la provincia, en general, «todas cazaron hoy, y es que, insisto, el buen día que hizo acompañó muchísimo e influyó en que las capturas fueran buenas. Además, que se sepa, no hubo ningún incidente, una jornada normal».

Aun así, todavía es pronto para sacar conclusiones, ya que en un sólo día «no se pude hacer una valoración, hay que esperar a lo que sucede en lo próximos días. Pero por lo de pronto, las expectativas no son tan negativas como en un principio se temía», apuntó Couselo. En las próximas jornadas «hay que ver los conejos que quedan después de la nueva cepa».

Y es que los cazadores pontevedreses iniciaron la primera jornada bajo un panorama de pesimismo por la elevada mortandad de conejo que se produce desde finales de 2011 en toda la comunidad gallega debido a una nueva cepa de la hemorragia vírica.

El descenso en algunas poblaciones cinegéticas se ha notado en las aves pero sobre todo en el conejo de monte. La situación de este animal es peor desde hace unos meses, por la RHDV-N11, la nueva cepa de la enfermedad vírica clásica (RHDV), que se ceba especialmente con los animales más jóvenes. De hecho, según fuentes cercanas a Medio Ambiente de la Xunta de Galicia y de la Federación Galega de Caza (FGC), más del 70 por ciento de la población del conejo ha muerto, por lo que los ejemplares son muy escasos en los montes de la provincia.

Ante este triste panorama del que tan sólo se salvan los tecores de Valga y O Grove, la Federación Galega colgó en su página web un protocolo de actuación para los cazadores, a los que se les pide que, en la medida de lo posible, colaboren en la lucha contra la lacra del RHDV-N11 con la recogida de animales muertos o enfermos, tanto para realizar un cómputo en los mismos como para proceder a su estudio y así reducir el riesgo de propagación a especies sanas, y es que la nueva cepa es contagiosa y no tiene tratamiento.

Además, la situación se complica más en los territorios en los que la perdiz está vedada y no se puede cazar. En la provincia de Pontevedra este ejemplar cinegético solo abunda en la comarca de O Deza.

Sin embargo, a pesar del virus que está amenazando a las especies cinegéticas, según Antonio Ventín, quien abrió el telón inaugural en la zona de Aguasantas (Ponte Caldelas) con seis compañeros más, coincidió con Couselo en que la primera jornada fue «bastante buena, mejor de lo esperado. A primera hora de la mañana cazamos tres conejos y uno se nos escapó, pero al mediodía, cuando acabamos, teníamos seis en nuestras manos, a pesar de que se libraron otros dos. En esta zona hay buenos conejos pero en el resto del monte hay muy poquitos».

Por la tarde, continuó, «fuimos a una zona de Borela y nada más empezar abatimos otro conejo por lo que hay esperanzas», subrayó el cazador. En principio «el estreno de la temporada es mejor que el del año pasado. En la jornada inaugural del ejercicio cinegético del 2013 sólo pudimos cazar un conejo, en cambio este año, más», explicó Ventín.

El ejercicio cinegético se prolongará hasta el día 6 de enero de 2015 y se podrá practicar los jueves, domingos y festivos de carácter estatal y autonómico.