La presencia de una gran concentración de larvas de triquina -parásitos del género trichinella- encontradas en un jabalí cazado en Fervenza (O Barco) causó preocupación en la villa. El veterinario de la clínica barquense "Valcan" Jorge Nieto Vázquez fue quien dio la voz de alarma: "Si ingieres esta carne te puedes morir", explicó. El animal fue guardado en un arcón congelador del cazador que lo llevó a analizar, a la espera de instrucciones del departamento de Sanidade, de la Xunta. Posiblemente, el ejemplar será enterrado con cal para eliminar cualquier riesgo.

Los parásitos fueron detectados ayer. Muchos aparecieron rodeados de quistes de carbonato cálcico, siendo insuficientes el tratamiento culinario normal, o bien el proceso habitual de elaboración de embutidos, para eliminarlas. Cada uno de los citados quistes tardó unos nueve meses en formarse. Si son ingeridos, se pueden degradar y permitir la incorporación de la larva al flujo sanguíneo de la persona que ingirió la carne. "Muchas larvas pueden colapsar el corazón", explicó Jorge Nieto.

Las larvas llegan a los jabalíes cuando estos comen ratones silvestres infectados. Esta circunstancia hace posible que en los montes de Fervenza pueda haber más jabalíes con quistes.

Esta posibilidad lleva a los sanitarios a hacer un llamamiento a los cazadores a que analicen todos los ejemplares de jabalíes que maten. Si bien, la mayoría lo hace, no todos llevan su carne a las clínicas veterinarias para comprobar que es comestible. "Hay gente que no la analiza por desconocimiento", comentó el veterinario de la clínica veterinaria.

Jorge Nieto comentó que en dos décadas que lleva trabajando de veterinario se encontró ante casos de triquina en tres ocasiones, siendo esta última la que ofreció una mayor concentración de parásitos.

El riesgo de aparición de estos gusanos no se reduce exclusivamente a animales salvajes como los jabalíes. También los cerdos pueden incubarlos, si bien el riesgo es menor, pues disminuye la posibilidad de que ingieran ratones silvestres infectados. En todo caso, los profesionales hacen un llamamiento a analizar la carne de las matanzas domiciliarias para eliminar cualquier riesgo.