Los cambios vividos en la sociedad y en la economía en los últimos años han permitido un mejor aprovechamiento de los montes. Queda aún mucho por hacer pero lo cierto es que, incluso si cabe por pura necesidad y supervivencia, está cambiando la mentalidad y los pueblos miran cada vez más hacia sus espacios naturales como fuentes de nuevos recursos que son aprovechables para mantener su vitalidad.

Entre esos recursos en la provincia de León existe una amplia tradición relacionada con la actividad cinegética, especialmente a través de unas reservas de caza que cuentan por décadas su historia. Los ingresos que generan, tanto directamente a través de las subastas de piezas como por las visitas de cazadores, son muy notables. Para la montaña oriental leonesa y para zonas del Bierzo como pueden ser los Ancares supone un elemento fundamental en sus economías. Pero el problema que surge ahora y que desvela el alcalde de Boca de Huérgano es que la situación de la fauna salvaje es límite. Sus hábitats se han visto alterados de una manera drástica por la nieve y tienen muchos problemas para poder alimentarse, además de quedar a merced de desaprensivos que se aprovechan de la situación de debilidad y falta de refugio que padecen.

La necesidad de que se facilite alimento a los animales de las zonas con actividad cinegética se hace imprescindible. Si los animales llegan a morir por desnutrición el daño en las próximas campañas será inmenso. Una vez más parece que lo razonable es actuar con medidas preventivas y no esperar a que llegue el daño y las quejas, que estarían suficientemente justificadas.

La actividad cinegética es cada vez más fundamental y debería tenerse en cuenta que próximamente llegarán las subastas.