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Nidos de cigüeña en la grúa, 30.000 euros para el constructor

La proliferación de estas aves obliga a detener obras cada vez con más frecuencia

| Carlos Cortés · 4/12/2015

Cada vez que una cigüeña anida en una grúa de obra, al constructor que la tiene alquilada se le encoge el estómago. La legislación que protege a estas aves como especie en peligro de extinción impide deshacer un nido terminado mientras esté en uso. En el peor de los casos para el constructor, el nido puede dejarle la grúa fuera de servicio durante ocho o nueve meses. Traducido en dinero, la factura le sale fácilmente a alrededor de 30.000 euros.

Desmantelar un nido de cigüeña está prohibido a priori, y lo mismo da que lo hayan construido sobre un campanario, en una torreta eléctrica, un tejado, o en lo alto de una grúa de obra en pleno funcionamiento. La retirada tiene que autorizarla la Consellería de Medio Ambiente, que suele hacerlo si hay perjuicio económico o riesgo para la estructura de algún edificio o para los viandantes. Pero tiene que ser un caso muy extremo para obtener un permiso cuando el nido está ocupado.

Paciencia y cartera

Así que cuando un contratista se encuentra con este panorama, solo le queda echarle paciencia. Y rascarse la cartera, porque las empresas que proporcionan grúas no se perdonan el alquiler en caso de cigüeñas. «Si uno paga una semana de un coche de alquiler y después se rompe un brazo y no puede usarlo todo ese tiempo, nadie le devuelve el dinero; pues esto es algo parecido», explican desde el anonimato en una empresa de alquiler de material de obra de la comarca de Monforte.

Grúas las hay de muchos tipos y capacidades, así que no hay un precio único de alquiler. En esta empresa apuntan que la más barata puede costar en torno a los seiscientos euros al mes y la más cara alcanza los 4.000. El constructor monfortino Xesús Berao apunta la cifra de 3.000 euros como precio medio habitual. No es raro que las cigüeñas permanezcan en esta zona ocho o nueve meses al año, así que un nido puede costarle a un constructor cerca de 30.000 euros.

Si las cigüeñas construyen el nido en la torre central de la grúa, el promotor de la obra está de suerte, porque podrá utilizarla sin mayores restricciones. En ese lugar, no gira por mucho que la grúa se mueva, así que no hay peligro para la estabilidad del nido ni para las aves que lo ocupan. Pero si hay nido en el contrapeso o en cualquier otro punto del brazo, entonces es preciso bloquear la grúa y mantenerla inmovilizada hasta que los pájaros se vayan.

En Chantada, cuatro en una

Además, la retirada del nido requiere unas medidas de seguridad similares a las de las tareas de desmontado de la grúa. Esta misma semana, fue desmantelada en Chantada una grúa de obra en la que habían anidado cuatro parejas de cigüeñas. Fue preciso deshacer uno por uno los cuatro nidos antes de empezar a desmontar la estructura. Cada uno de ellos acumulaba cientos de kilos en ramas y otros restos, por lo que el operario que se encargó del trabajo necesitó la ayuda de una grúa de grandes dimensiones operada desde el suelo.



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