Este vecino de Baión denunció ante el Seprona el fallecimiento de dos cachorros de raza Grifón de su propiedad, crías de perros de caza que fallecieron, asegura, por un presunto envenenamiento con un tóxico, “posiblemente estricnina”, cuando paseaban por una finca de albariño de Paderne, en la parroquia de Baión. Según su versión, vio como en un momento dado estos cachorros, durante el paseo, estaban “comiendo algo en unas matas” y al acercarse a ellos comprobó que las dos crías estaban dando cuenta de restos de comida, “patatas, carne,...”.

Diez minutos >El propio Germán Martínez reconoce que no le dio más importancia a este hecho hasta que llamó a los perros diez minutos después y vio entonces como uno de los cachorros “sufría espasmos, echaba espuma por la boca y tenía convulsiones, desplomándose al poco rato”.

Casi de inmediato, comprobó que la segunda de las crías de Grifón “sufría los mismos síntomas” y que poco después ambos cachorros fallecían. Entonces, su dueño procedió a alertar al Seprona de la Guardia Civil para denunciar los hechos.

Para Germán Martínez, el responsable de “poner cebos envenenados en el monte o cerca de las casas, como en este caso, es propio de un desequilibrado mental” y mostró su suposición de que esta situación se deriva “del malestar y desavenencias entre cazadores y la sociedad de caza”.

El valor de cada una de estas crías de perro de caza podría rondar los 500 euros.