La familia de María del Carmen Vázquez había prescindido en las últimas semanas de la finca donde ocurrieron los anteriores ataques por temor a que estos se repitiesen. En su lugar, las ovejas pastaban en una parcela cercana a la carretera. El lunes, pasadas las cinco de la tarde, hallaron al animal decapitado. El lobo le había arrancado la cabeza de cuajo, tal y como la encontraron sus dueños.
Los técnicos de Medio Ambiente recogieron pruebas en el lugar de los hechos, lo cual comienza a convertirse en demasiado habitual por el cada vez mayor número de denuncias sobre muerte de animales por ataques de estos cánidos. Sin ir más lejos, la pasada semana los lobos también mataron a una vaca preñada en una finca del lugar de Especedo, en la parroquia negreiresa de Bugallido.
Entre los habitantes de la comarca de Barcala también aumenta el número de casos de personas que afirman haber visto uno, o una pareja de lobos juntos, en las últimas semanas. En Nantón, en Aro, Campolongo, o incluso cruzando la carretera de Muxía, a través del parque empresarial de Covas.
Y en estas, el colectivo de cazadores de la zona no oculta sus temores a que los lobos acaben con la vida de sus canes de caza durante sus salidas por los montes de la comarca. Ya ocurrió en los días previos al inicio de la temporada en la zona de Campolongo, aunque hay cazadores que dicen haber sufrido bajas entre sus canes de caza cuando los lobos llegaron hasta sus casas en distintos lugares de la zona rural.
Sugieren, al igual que los ganaderos, un mayor control de la Xunta sobre los ejemplares de lobo que campan a sus anchas por la zona, segando la vida de vacas, ovejas o perros.