Según contaron los dueños de los perros a los guardias civiles, cazadores con más de veinte años de experiencia, empezaron a notar durante la jornada de caza de anteayer que los perros comenzaban a tambalearse y que casi no reaccionaban. Aunque intentaron darles aceite y sal para que reaccionaran, ya nada pudieron hacer por salvar la vida de dos de ellos, que murieron en pocos minutos. Los cazadores contaron que al parecer no es la primera vez que se produce un incidente similar en el coto, mientras el Seprona no tiene demasiadas esperanzas en encontrar a los culpables. |