Su idea es reabrir buena parte de las 109 hectáreas que actualmente están vedadas tras detectarse una veintena de simas producto de la explotación minera. Y el sentido común guía sus pasos: "Deixar como zona de seguridade o entorno das chemineas".

Esta es la propuesta que se llevará a la asamblea que se celebrará en la primera semana de septiembre y que rubrica otro gran objetivo de la entidad cinegética: "Volveremos a pór en marcha, despois de doce anos sen facerse, o criadeiro de coello para recuperar a especie autóctona", y que se complementaría con más sueltas de faisán, "un ave que se está adaptando moi ben". En cuanto a las simas, los aficionados son conscientes de que algunas de ellas rozan los cien metros de profundidad, pero también que basta con acotar el entorno y señalizar su presencia, ya que las entradas de los boquetes -muchos de ellos cubiertos por la vegetación, eso sí- apenas ocupan unas decenas de metros, y la zona cerrada a la práctica cinegética es similar a 160 campos de fútbol. Del mismo modo, los aficionados a la caza conocen bien la situación de cada chimenea, y de hecho los accidentes solían darse con cachorros que se estrenaban en estas lides, algunos de los cuales han tenido que ser rescatados por los cuerpos de intervención locales. Beni Bouzada, responsable de Protección Civil de Santa Comba, es consciente de la existencia de estos socavones y grietas, y da fe de que los especialistas del Grumir "baixaron decenas de metros para sacar cans".

Precisamente, una información de este diario, datada el 4 de noviembre de 2003, en la que se divulgaba la caída y el rescate de dos perros en un pozo de 30 metros, había provocado la reacción de oficio del entonces valedor do pobo, José Ramón Vázquez Sandes, que exigía que la Consellería de Industria informase sobre el estado de la zona. Hoy sigue siendo un acotado, y supuso uno de los principales caballos de batalla del sector crítico de la sociedad de caza, lo que en buena medida inclinó el relevo ejecutivo.

La zona de seguridad fue decretada por la Consellería de Medio Ambiente con motivo de la temporada de caza 2006, y la intención de los cazadores xalleiros es que puedan por fin retomar su afición en la zona... pero, por supuesto, con las máximas garantías. Y un último apunte: Santa Comba ha decidido no cazar los jueves, reservando esta jornada para el entrenamiento canino.