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Medio Ambiente calcula que la población de lobos en Barbanza es de unos veinte ejemplares
El promedio es de entre uno y dos ejemplares por cada cien kilómetros cuadrados
| Xoán R. Alvite · 15/6/2010
Los últimos datos oficiales publicados cifran en poco más de una veintena de ejemplares la población total de lobos que habitan de forma estable en los montes de la comarca. Las estadísticas, incluidas en el Plan de Xestión do Lobo en Galicia, aprobado por la Xunta el pasado año, calificaban todos los montes de las comarcas de Barbanza, Muros y Noia como zona dos en cuanto a presencia de estos cánidos. Esto significa que la colonia de animales por cada 100 kilómetros cuadrados de superficie oscila entre los 1,27 y los 2,29 individuos.

Sensiblemente superior es la que se supone existe en Mazaricos, uno de los nueve municipios de la provincia que posee la clasificación de zona 1, donde los estudios apuntan, incluso, a la presencia de una o varias colonias estables.

En vista de los numerosos ataques registrados en el último año y medio parece claro que las cifras oficiales se quedan por debajo de la realidad. De hecho, solo en Mazaricos se tiene constancia, desde junio del 2009, de ataques en más de una veintena de núcleos distintos, separados en algunos casos por más de 20 kilómetros.

Igualmente, son numerosas las personas que dicen haber visto en parroquias de este término, como Alborés, Antes, Colúns o Eirón, grupos de cuatro y cinco animales paseando tranquilamente por las extensas praderías de la zona. Ante estas evidencias, y teniendo en cuenta que la superficie de Mazaricos supera los 192 kilómetros cuadrados, parece claro que el número de lobos es superior a los 8 o 10 que aparecen reflejados en las estadísticas oficiales.

Del mismo modo, el elevado número de reses abatidas, entre vacas, terneros, ovejas y potros, así como el patrón de ataque registrado en algunas fincas, parece evidenciar una amplia población de esta especie.

Mayor incidencia en verano

Durante los últimos meses, como sucedió en ejercicios pasados, apenas se han contabilizado ataques. Esto se debe, según los expertos, a que de enero a abril es la época en la que los lobos acostumbran a aparearse y en la que necesitan menos alimento. Será durante el verano y en la primera mitad del otoño cuando la actividad de los lobos aumente en la comarca.

El período de gestación de estos mamíferos dura entre 60 y 65 días ,y el de amamantamiento otros tres meses, momento durante el cual los machos son los únicos encargados de la búsqueda de alimento. A partir del primer trimestre de vida de los lobeznos se incrementan las necesidades de comida y ya los pequeños participan activamente, junto a sus madres, en la caza.

De esta circunstancia son perfectamente conocedores los ganaderos de la zona que se han visto obligados a cambiar las técnicas del manejo de sus reses por temor al ataque de los lobos. Los granjeros optan ahora por resguardar en los establos a las vacas secas y novillas que habitualmente pasaban todo el día en las fincas.

Los animales atacaron al menos en tres ocasiones a reses de ganado en Mazaricos

Durante el fin de semana se tiene constancia de, al menos, tres ataques de lobos a ganado en Mazaricos. En el primero de ellos, registrado en la mañana del sábado, las víctimas fueron 20 vacas que pastaban en una finca de la parroquia de Eirón y que lograron escapar de las garras del animal sin apenas sufrir daños. Distinta suerte corrieron, sin embargo, dos ovejas en el núcleo de Ribadeza, que sucumbieron a las embestidas de los lobos que las atacaron a escasos 200 metros de la explotación ganadera.

A poca distancia de este núcleo, y también en las inmediaciones de la granja, se registró la agresión más grave. Los perjudicados fueron los socios de la Sociedad Agraria de Transformación Caamaño, de la aldea de Espigas, que perdieron una vaca lechera que se recuperaba de una revisión veterinaria.

Los hechos ocurrieron en torno a la una de la madrugada, cuando los propietarios realizaban las labores de ordeño. El estruendo causado por la entrada del lobo en el recinto provocó un gran alboroto que alertó a los dueños, que ya no pudieron hacer nada para salvar la vida del animal. Estos no ocultan su preocupación por lo sucedido y por el enorme tamaño del cánido salvaje a tenor de las huellas dejadas sobre el terreno.

La vaca tenía cuatro años y estaba preñada de cuatro meses, por lo que se estima que su valor en el mercado superaba los 2.000 euros.

Línea de ayudas de la Consellería de Medio Rural

Medio Rural publicó el 5 de enero la orden que regula la concesión de aportaciones para prevenir los ataques del lobo. Hasta el 20 de septiembre, los ganaderos que opten por la compra de perros mastines, pastores eléctricos o coloquen vallas electrificadas como forma de proteger su ganado podrán acogerse a unas ayudas oficiales que oscilan entre los 100 y los 350 euros.

Los ganaderos consideran insuficiente tanto esta aportación como la destinada a pagar los daños que causa la actividad destructiva del lobo. Además, indican que resulta muy complejo justificar el gasto.


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