«Había un carneiro que pesaba por aí uns 80 quilos, que foi o primeiro que mataron», relata este vecino del barrio de Alvarido, quien poco antes de las diez y media de la mañana, al salir de casa, echó una mirada rutinaria a una finca colindante, en la que solían pastar las ovejas de su vecino y vio algo fuera de lugar, que le llevó a aproximarse para comprobar lo que sucedía.

«Había unha ovella nun sitio estraño, no medio dunhas ortigas, acerqueime, e xa vin os raposos atacando a unha», cuenta Pita, sorprendido ante la osadía mostrada por los animales: «Cando eu cheguei había catro, tres escaparon, pero un deles quedou mirando para min, sen medo ningún, e non se foi de alí ata que eu me acerquei».

Este testigo del ataque explica que los zorros siguieron el mismo procedimiento con todas las ovejas, dirigiendo los primeros mordiscos a la la zona de la garganta, para debilitar completamente al animal.

Una vez espantada la manada de zorros, llegó el momento de hacer balance de los daños. Encontraron al carnero, «foi o primeiro, porque xa estaba frío», así como otras dos ovejas sacrificadas, y una cuarta mal herida. Solo dos ejemplares, de los seis que pastaban habitualmente en la finca, prácticamente al lado de las casas, lograron zafarse del ataque, probablemente por falta de tiempo, «porque din que o raposo, onde entra, mata todo».

Y Julio Pita puede dar buena fe de ello, puesto que hace unos meses fueron sus conejos los que no sobrevivieron a una agresión nocturna. Tenía 24, «todos grandes, que valían para comer» y todos murieron. Además, este vecino de Alvarido no tuvo que lamentar solo la pérdida de los animales, sino también los daños ocasionados en las conejeras, en las que le rompieron los bebederos y los comederos.

En su momento, Pita no denunció lo ocurrido, porque ni siquiera tenía la certeza de que fuera cosa de los zorros, una autoría que ahora les atribuye con total seguridad. Sí lo hará el propietario de las ovejas, José Luis Pin García, quien tiene pensado acudir al cuartel de la Guardia Civil de Castro de Rei para poner lo sucedido en conocimiento de las autoridades, según adelantó Julio Pita.