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Sanidad desaconseja a niños y embarazadas la carne de caza por su contenido en plomo
La Federación Gallega de Caza considera que el informe genera una alarma social "injustificada"
| Ágatha de Santos · 9/5/2012
Los niños menores de seis años, las mujeres embarazadas o aquellas que planeen quedarse embarazadas no deben consumir carne de animales cazados con munición de plomo porque este metal afecta al sistema nervioso central en desarrollo, según el estudio del comité científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, sobre el "riesgo asociado a la presencia de plomo en carne de caza silvestre en España". Estas recomendaciones, similares a las que hizo en 2011 con el consumo del pez espada y el atún rojo por los altos niveles de mercurio, han provocado el malestar del sector cinegético gallego, que considera que genera una alarma social "injustificada". "A falta de analizar con mayor profundidad el informe, se echa de menos una comparativa con otro tipo de alimentos sustitutorios porque precisamente la carne de caza es natural y ecológica, criada en libertad y sin medicamentos", defiende la Federación Gallega de Caza, que preside Javier Nogueira.

En el caso de los adultos, el comité científico de la AESAN, integrado por una veintena de expertos, recomienda limitar su consumo a un máximo de una ración –aproximadamente 150 gramos– por semana, ya que la exposición al plomo puede provocar problemas renales y reduce la capacidad para formar nuevas células sanguíneas. Los científicos precisan que se ha identificado en adultos la presencia de concentraciones relativamente bajas de plomo en sangre asociadas a una elevada presión sistólica y a enfermedad renal crónica. "La neurotoxicidad asociada al plomo en adultos afecta al procesado de información, causa síntomas psiquiátricos y perjudica la destreza manual", puntualiza el informe.

"La propia AESAN recomienda limitar su consumo a 150 gramos semanales, o lo que es lo mismo, a 8 kilos al año, que en el caso concreto de Galicia prácticamente no se consume", responde la federación.

El informe añade que "numerosas evidencias" manifiestan que la toxicidad del plomo afecta en mayor grado a los cerebros en desarrollo que a los maduros, y asocian las concentraciones de plomo en sangre con una reducción del coeficiente intelectual y de las funciones cognitivas en menores de siete años, efectos aplicables, añade, a los fetos.

Juan Manuel Sánchez Lastres, presidente de la Sociedad de Pediatría de Galicia y que ejerce en el Centro de Salud de Chapela, explica que los casos de niños que presentan síntomas de exposición al plomo son excepcionales en su consulta y añade que la carne de caza tampoco se encuentra en la dieta de sus pacientes. "Supongo que las recomendaciones se harán por ambientes epidemiológicos donde se pueda consumir más, como puede ser el rural, pero en mi consulta, al menos, no es un problema. Es cierto que hace años la exposición al plomo no era infrecuente, provocada mayoritariamente por algunas pinturas y juguetes como los soldaditos de plomo, y por las tuberías del agua, que antes eran de plomo, pero todo esto ya se ha corregido", explica el médico, que añade que es a partir de 70 microgramos por decilitro de plomo en sangre, cuando es necesario tratar al paciente con quelantes, sustancias antagonistas de los metales pesados.

La AESAN, que se dirige especialmente a los cazadores y a sus familias, mayores consumidores, afirma, de carne de caza, aboga por promover la sustitución o prohibir la munición de plomo a favor de otras alternativas, como la de acero o tungsteno, y recuerda que, a la hora de preparar este tipo de carnes, se debe recortar y eliminar la que esté dañada por la munición y la zona que rodea la herida visible.

"Puedo garantizarle que la caza mayor no lleva plomo porque la bala entra y sale. Lo que puede dejar es una mínima fricción al entrar, pero esa parte se limpia y se tira. En la de caza menor, si queda algún proyectil se saca cuando se limpia la pieza y esa parte se tira porque no sirve para comer. Lo que pasa es que la caza parece la madre de todos los males", afirma Florentino Arjones, cazador y propietario de la Taberna do Cazador, en Chapela (Redondela), especializada en platos de caza.

En este sentido, la Federación Gallega de Caza añade que el estudio se refiere básicamente a especies de caza menor, sobre todo a perdices que se comercializan, la mayoría cazadas al acecho, "con una dosis de plomo muy superior a las perdices que se cazan al salto en Galicia". Según Arjones, las sugerencias sobre su consumo son innecesarias, ya que la carne de caza no forma parte de la dieta habitual. "Se consume como mucho una vez a la semana y como algo excepcional", asegura. En cuanto a los niños, afirma que su ingesta es aún menos habitual. "A los niños no les gusta esta carne, como tampoco les gusta el pollo campero, porque no tienen acostumbrado el paladar", añade el restaurador, que por el contrario, defiende que esta carne es la más natural porque no lleva aditivos alimentarios.


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