Revista de Prensa


· 25/11/2012

En Galicia existen actualmente casi doscientas mil armas de caza, es decir, prácticamente una cada setenta habitantes. La cuenta no es exactamente así, pero da una idea de la afición que existe por la caza en Galicia. Según los datos de la Guardia Civil, las 117.112 licencias de armas para caza menor amparan a 178.805 escopetas en tanto que las 14.623 licencias para caza mayor lo hacen con los 8.752 rifles registrados en la comunidad. Cada cazador autorizado puede disponer de hasta seis escopetas, pero solo de un rifle. Las medidas de seguridad y custodia exigidas en este caso son mayores que con las escopetas.

«Somos una de las mayores industrias de Galicia», apuntaba ayer un cazador, que no quería ni acordarse del dinero que le cuesta anualmente su afición. Solo el rifle puede costar unos 1.500 euros, más licencias, coches, perros, viajes... La lista de gastos es amplísima, pero si hay algo que enerva a los cazadores, sobre todo a los responsables de los cotos, son las cantidades que deben pagar a los seguros para cubrir los daños que provoca el jabalí en los numerosos accidentes de tráfico en los que se ve implicado: «É como se os animais foran nosos. E non é así», se lamenta el responsable del coto de Monforte, Manuel Casares. Casares lanza una idea a título personal, pero que no es única: «Tiñamos que parar de cazar durante unha tempada ou dúas. Para que se viran as consecuencias». Que no se preocupen los agricultores que reclaman las batidas, porque eso no va a ocurrir.