Revista de Prensa


Los cazadores gallegos consideran insuficientes los actuales servicios públicos para comprobar la salubridad de la carne de jabalí y también ven con preocupación el futuro de las poblaciones de corzos, ya que estos cérvidos suelen pastar en los mismos prados o entre el ganado vacuno, sobre el que ahora se cierne la amenaza del avance de la lengua azul.
Xavier Lombardero · 26/9/2008

Por una parte, los cazadores piden que se habiliten salas comarcales donde llevar a analizar los jabalíes cobrados, con el fin de descartar que estén infectados con la peligrosa triquinosis. Por otra, aficionados de sociedades cinegéticas chairegas reclaman un mayor control sanitario de los corzos. Alertan de que la lengua azul podría mermar una de las pocas especies cazables que todavía abundan, y recuerdan los casos de sarna en venados provocados años atrás por la llegada de animales desde los montes de la vecina Asturias.

Según la Consellería de Sanidade, la comprobación sanitaria de los jabalíes la puede realizar cualquier veterinario tomando muestras de los animales en establos o recintos particulares. Ocurre sin embargo que los veterinarios de salud pública que realizan guardias ya no tienen obligación de realizar dichos análisis. Ahora solo examinan los de las matanzas de cerdos domésticos, cuando antes atendían también el servicio para bovinos y jabalíes.

En Galicia se cazan entre 5.000 y 6.000 jabalíes al año. Eso supone más de 200.000 kilos de carne de jabalí gallego, en disposición de consumo una vez los animales se despiezan y limpian. Según reconoce el presidente de la Federación Galega de Caza, José María Gómez Cortón, «non se pode baixar a garda e as revisións deberían poder facerse en todas as comarcas, incluídas as de montaña, onde se cazan moitos xabaríns pero teñen menos servizos cerca».

Otro aspecto es el de la comercialización. Pese a la gran cantidad de jabalíes y corzos cazados en Galicia, la realidad es que muchos restaurantes autóctonos compran este tipo de carne, en sus despieces más exquisitos, a distribuidores habituales que la importan de Extremadura o Castilla y León. Una razón es el gran número de animales que tienen salida en esas monterías, con un fácil registro y guía sanitaria. En Galicia solo el gran coto de Xares dispone de sala de despiece para comercializar sus jabalíes y ciervos, aunque la sociedad de caza de A Fonsagrada, donde se abaten entre 300 y 400 jabalíes al año, plantea abrir otra.