Revista de Prensa


Miguel Olarte · 27/10/2013

Los primeros datos de la investigación sobre la muerte del joven Juan Pablo Ares Vázquez durante una batida de jabalí apuntan a una muerte totalmente fortuita y parecen descartar una posible negligencia. A falta de la confirmación por parte de la Policía y del juzgado que instruye el caso, así lo pondrían de manifiesto tanto el resultado de la autopsia como la reconstrucción llevada a cabo ayer en el lugar del fallecimiento.

Juan Pablo Ares, de 17 años y natural de la parroquia de Santa Cristina de San Román, murió el sábado cuando participaba en una batida junto a su hermano mayor, su padre y el resto de la cuadrilla del coto en el monte de Goxe, en la parroquia de Ribas de Miño, a unos pocos kilómetros de su casa.