Revista de Prensa


Ingresa al año 1,9 millones por tasas de licencia y matrícula de Tecores E Los ganaderos temen que restrinja el acceso a indemnizaciones con requisitos como seguros y cercados
Salomé Soutelo · 24/12/2013

El Parlamento acaba de aprobar la Lei de Caza de Galicia, que no entrará en vigor hasta pasados 20 días desde su publicación en el DOG. Sin embargo, los ganaderos tendrán que esperar a conocer su reglamento de desarrollo para saber, a ciencia cierta, cuánto dinero habrá en el Fondo de Corresponsabilidade para pagar los daños de fauna en los cultivos y huertos. Esta entidad es una de las novedades de la nueva norma y recupera la compensación por daños, suspendida desde 2010 por la falta de dinero.

La protesta social evitó que la norma obligase a los ganaderos a aportar dinero para dicho fondo –esta hipótesis generó un agrio debate entre el PP y la oposición–. Finalmente, la ley establece que el Fondo de Corresponsabilidade "se nutrirá con las aportaciones económicas de la administración autonómica". Pero no indica si contará de forma íntegra con los 1,9 millones que ingresa la Xunta por las tasas de licencia de caza y la matrícula de los Tecores. A modo de comparación, en 2009 se pagaron 600.000 euros por daños de fauna salvaje. Por eso, urge un control de la población de fauna salvaje para que los fondos sí puedan paliar todos los daños.

Feijoo entiende que los Tecores tampoco tienen que cargar con la responsabilidad en los accidentes que causan las especies de caza. Si la Xunta corriese con estas indemnizaciones, los tecores "podrían librar recursos para gestionar la fauna y prevenir daños en los cultivos". Para ello, es preciso "que los planes de gestión de cada Tecor "estén adaptados a la realidad, con censos de población realistas. En cada comarca tiene que haber el número de animales que pueda mantener el territorio, sin que éstos precisen alimentarse de cultivos o del ganado", añade este sindicalista. Y aquí radica otra de las ventajas de la nueva Lei de Caza de Galicia: el oficializar la flexibilidad de los últimos tiempos a la hora de permitir batidas fuera de la temporada hábil de caza, como ocurrió este año para frenar los cuantiosos daños en maizales. La ley en su artículo 33, indica que, de forma especial, también se podrían permitir controles de población o ejercicio de caza en refugios de fauna.

Por lo demás, la colaboración entre ganaderos y cazadores ya es cada vez más patente. Unións respalda las esperas durante la época de siembra del maíz y las batidas durante la madurez de la espiga, así como la alimentación disuasoria con dispersión de cereal en caminos. No en vano, el 70% de los daños de jabalí se producen en el maíz forrajero, del que Galicia produce 65.000 hectáreas, el 10% de ellas en Deza y Tabeirós.

La norma, por otra parte, aceptó casi todas las enmiendas que presentó la Federación Galega de Caza. El sector aplaude que esta nueva ley deje de considerar como acción de cazar el pasear por el monte con dos o más perros de caza y sin armas.