Revista de Prensa


Juan Luis Couto, aficionado a la caza, invita a las protectoras a una cacerķa para demostrar los cuidados que dan a sus canes
Manu Otero · 21/3/2015

El aumento del número de abandono de perros al finalizar la temporada de caza señala directamente a los cazadores como culpables, incluso protectoras de animales acusan directamente a este colectivo. Sin embargo, aficionados a la caza como el cuntiense Juan Luis Couto desmientan dichas acusaciones afirmando que «el que es cazador, cazador de verdad, ni abandona a sus perros, ni les hace daño», sentencia.

Tanto el maltrato como el abandono de animales son conductas imperdonables para este cazador, «el que tenga un perro lo tiene que cuidar, abandonarlo nunca», señala Couto con rotundidad. Además, defiende al colectivo al que pertenece, «no es cierto que los cazadores abandonan a sus perros, se les echa la culpa pero no lo hacen», recalca.

No obstante, reconoce que hay algunos individuos cuyo comportamiento con los animales no es el adecuado, «hay chaíñas que cogen dos o tres perros para tenerlos solo una temporada, pero eso ya no es un cazador», puntualiza Couto.

Este joven cuntiense cuenta en su perrera con quince animales, de los cuales siete fueron adoptados directamente de un refugio, lo que demuestra el compromiso de este cazador con el cuidado de los perros, «incluso el otro día adopté un boxer, no para cazar, sino que se lo regalé a mis padres», explica Juan Luis. Admite también que «los perros no son herramientas, porque la caza no es un trabajo, es una afición». De hecho, él se toma este deporte como un hobbie por el que pierde dinero cada mes, «mantener a la perrera me cuesta sobre 250 euros al mes, pero son hobbies, otros tienen ferraris para tenerlos en el garaje», bromea.

La mayor parte del presupuesto mensual de la perrera se va en alimentación, aunque hay otras obligaciones como la limpieza o las vacunas. Al mismo tiempo, es obligatorio contar con una parcela en la que haya distintos habitáculos para separar los machos de las hembras, o para aislar a los enfermos y a las hembras preñadas, explica Couto.

Para demostrar el buen trato que los cazadores dan a sus perros, invita a sus detractores a acompañarlos en un día de caza, «que vean como tratamos a los perros y después que opinen», sugiere. Aun así, no pone la mano en el fuego por todos, «no todos los cazadores son legales, ni todos somos iguales», reconoce.

Sobre su colaboración con protección civil en el rescate de perros abandonados, explica que solo deja que los canes queden en su finca «mientras no vienen a recogerlos, esto no es una perrera municipal» avisa Juan Luis.