Los cazadores compostelanos están de uñas con el Refugio de Animales. Según denuncian, desde hace un tiempo “algunos voluntarios de Bando se dedican a llevarse a nuestros perros cuando salimos a cazar por los alrededores del Refugio”.

La última víctima de esta práctica ha sido Enrique Mallou, que este domingo salió de caza por Bando con su inseparable Lucas y se llevó un buen susto cuando, sobre las doce del mediodía, su animal desapareció. “Justo le perdí el rastro a 300 metros del Refugio, en una pista de tierra. Lo estuve buscando e incluso me encontré con unos padrinos (un tipo de voluntarios) que paseaban perros de Bando sobre la una y me dijeron que no lo habían visto. Volví a hacer una búsqueda por la tarde, porque yo a mi perro no lo abandonaría nunca, pero no hubo suerte”.

Tras la intensa búsqueda, ayer decidió ir al Refugio y allí estaba su preciado Lucas. Eso sí, para poder recuperar a su compañero de caza Enrique tuvo que pagar 26 euros. “Me dijeron que había entrado a las doce del domingo, y yo le pregunté a los voluntarios que me encontré por allí y me dijeron que no lo habían visto, cuando el animal ya estaba en la perrera”, señala muy enfadado. Además, a Enrique nadie lo avisó de que su perro estaba en el Refugio, a pesar de tener microchip.