Revista de Prensa


Es la única zona de Galicia donde se puede cobrar esta especie, y solo unos días

Sindo Martínez · 3/9/2017

Nueve tecores de la llanura limiana se convierten estos días en el paraíso para cientos de cazadores de toda Galicia, Castilla y otras zonas del norte español. La media veda de la codorniz, vigente durante ocho jornadas en tierras antelanas, es una auténtica rara avis en el calendario cinegético gallego.

La veda parcial de la codorniz se puso en marcha ya hace casi una década. Los cotos de Xinzo, Porqueira, Sandiás, Xunqueira de Ambía, Rairiz de Veiga, Vilar de Barrio, Sarreaus, Atás (Cualedro) y Trasmiras comparten este estatus específico tan particular. ¿Por qué este privilegio anual? La abundancia del cultivo de cereal en A Limia provoca que cientos de ejemplares de esta especie permanezcan en los campos durante esta época, algo que no ocurre en otras zonas de Galicia.

El presidente del coto de Xinzo, José Manuel Quintas Pozos, expuso que esta es una buena oportunidad para los espacios cinegéticos limianos. «Cada tecor tiene asignados una serie de cuarteles durante ocho jornadas, hasta el 10 de septiembre, con cupos concretos por cazador. En nuestro caso, son diez codornices, cinco palomas torcaces y cinco rolas por día y escopeta. Hay una gran demanda de gente de fuera. Hay que tener en cuenta que en otros puntos del norte de España no hay la posibilidad de cobrar este ave», asegura.

¿Cómo este yendo la campaña? «Hay un número de codornices similar al de otros años, las jornadas están yendo bien», afirmó Quintas. Cada uno de los cotos cobra a los cazadores que no son socios cantidades que rondan los 100 euros por día, aunque cada uno tiene sus propias tarifas. La llegada de decenas de cazadores foráneos a la comarca también supone ingresos adicionales para la hostelería.

Por su parte, la Consellería de Medio Ambiente realiza un seguimiento anual de este ave y de su aprovechamiento en tierras antelanas. El objetivo es verificar un mantenimiento adecuado de su población y cuantificar su capacidad reproductiva. Tras su retorno de la migración de las codornices a África ?en la zona del Sáhara-, la codorniz gallega tiene en A Limia su tierra prometida durante la primavera y el estío.

Esta especie tiene una esperanza de vida media muy corta. Poco más de once meses y tiene una elevada mortalidad anual (superior al 60%), algo que se compensa con su gran capacidad reproductiva.