Revista de Prensa


Un ganadero de Lugo ha logrado parar los ataques que sufría su ganado gracias a la combinación de estos animales

Tania Taboada · 16/9/2017

En tan solo un año, sus vacas, que se alimentaban en un prado de 16 hectáreas en el lugar de A Touza, Xermade (Lugo), sufrieron diez ataques mortales. Harto de que el lobo acabara con sus reses, el ganadero Vicente Prieto buscó la fórmula para acabar con este calvario que le impedía estar tranquilo. La finca donde pasta su ganado está apartada de su casa y en numerosas ocasiones se encontró a varias de sus vacas muertas o heridas. «Empecei a preguntar e a buscar solucións por todas partes ata que me dixeron que os burros eran os mellores alertadores da presenza dos lobos. Como eles solos non fan nada, decidín xuntalos con cans de boa raza. O resultado foi un auténtico éxito», indicó este ganadero lucense. Sus problemas se acabaron cuando juntó a la burra Kika y a los mastines leoneses Gordon Da Touza, Braña da Touza, Tizona de Laciana, Débora de Filandón, Bala de Gritsandana y Friné da Touza.

Con 52 años y dedicado desde hace 20 a la ganadería de carne, Vicente Prieto cuenta con 80 cabezas de ganado -entre vacas y terneros- que conviven perfectamente con los otros animales que ha incorporado a la explotación. «A perfecta coordinación entre a burra e os mastíns leoneses foi a que fixo que non se producise un ataque máis por parte dos lobos ás miñas vacas», indicó Vicente, quien ahora duerme más tranquilo por tener a estos guardianes en la finca.

Procedente de Asturias

Kika, que así bautizó Vicente a la burra, fue comprada a un particular de Tapia de Casariego, en la provincia vecina de Asturias. Tiene siete años y, según explica su actual dueño, su magnífico sistema auditivo es clave para alertar a los canes de la presencia del lobo. Pasta tranquilamente entre las vacas, pero cuando detecta la presencia del feroz, deja el pasto y avisa a los perros, quienes atacan inmediatamente y antes de que el salvaje se lance a por los animales. «Os burros teñen un oído fino e cando detectan a presenza do lobo, ornean fortemente. É aquí é cando actúan os seis mastíns leoneses e logran que o lobo marche», indicó el ganadero.

Durante cierto tiempo, Vicente Prieto, cambia a los animales de finca. Allá donde van las vacas, van también la burra y los mastines leoneses. «Nun primeiro momento tiñamos a Kika e un burro, pero ao estar xuntos non facían nada. Andaban ao seu e non se dedicaban a alertar da presenza do lobo», relató el ganadero, que fue por eso que decidió prescindir del macho y dejar solo a la hembra.

Una explotación de los noventa

La ganadería A Touza que regenta Vicente Prieto se creó a principios de los años noventa a partir de ejemplares de alta calidad genética importados de Francia. Durante estos años de actividad fueron seleccionando animales criados en la explotación al tiempo que continuaron incorporando nuevos animales de ganaderías punteras francesas. Esto les ha permitido llegar a contar en la actualidad una cuadra con madres con muy buena genética, descendientes de sementales reconocidos como Dauphin, Louxor, Ionesco o Highlander. Pero, pedigrís al margen, las piezas clave para que todos estén tranquilos son Kika y sus seis mastines.