Revista de Prensa


· 18/1/2018

La muerte a tiros de un lobo en el monte de Barro ha caído como un jarro de agua fría en muchas sociedades de caza de la comarca de Pontevedra. Los cazadores son consciente de que, aunque no se puede apuntar hacia nadie, el hecho de que el animal haya aparecido con dos tiros indirectamente señala al colectivo de los cazadores. «E iso é moi malo, porque estámoslle dando motivos ás persoas que tanto nos critican para que o siga facendo», razonaba ayer el responsable de una sociedad de la zona. Otra misma persona hablaba en idéntico sentido e indicaba que, si bien son conscientes del malestar que genera la presencia del lobo para muchos vecinos del rural, por los sucesivos ataques al ganado, no se puede actuar deliberadamente matando un animal, ya que, como señalaba «está claro que o lobo que apareceu en Barro tiña dous tiros, non parece que fora ningún accidente».

Estos mismos cazadores indicaban que, en realidad, ellos también se ven perjudicados por la acción del lobo, que a lo largo de la temporada de caza suele matar un buen número de perros. Pero que eso no significa que haya que matar el cánido ni mucho menos, sino que habrá que entablar conversaciones con la Administración para tomar decisiones al respecto. Dijeron que no es la primera vez que se mata un lobo pero que «o raro é que apareza o cadáver».