Revista de Prensa


Los organizadores de una velada con baile tuvieron que cambiar el menú

A.C. · 4/3/2018

Para esta noche está anunciada en un restaurante de Carral, en Begonte, una cena baile que se prevé animada en todos los sentidos. Está promovida por una cuadrilla de cazadores del lugar que, desde hace unas semanas, llevan preparando esta celebración que se prevé muy concurrida. El objetivo era disfrutar de la gastronomía de la caza y, de paso, echar unos bailes al final. Lo último será posible. Lo primero no.

Hace ya unas semanas que en algunos lugares del municipio fueron colocados unos carteles para anunciar el encuentro lúdico. La cena está anunciada para las diez de la noche y los participantes podían degustar jabalí, corzo y postres, además de café y licores por 15 euros.

El precio tan módico era porque la cuadrilla aportaba las piezas de caza que abatió durante la temporada y que conservó en congeladores. Pero algo falló. Al parecer, se enteraron del acontecimiento inspectores de Sanidade y se fueron en busca de alguno de los organizadores para saber si cumplían todos los requisitos sanitarios para poder llevara cabo una comida pública. Parece que no fue así porque las carne fue decomisada con una orden de destrucción porque no disponía de todos los permisos correspondientes. Al parecer, faltaba el visado de algún veterinario o matadero que pudiera certificar la idoneidad sanitaria de las viandas.

Expuesto lo anterior, el menú inicial de la cena de hoy se fue al garete. Pero, no teman quienes se anotaron. Habrá comida y baile. Así lo confirmó ayer uno de los organizadores. La cocina del restaurante ofrecerá otra cosa diferente, pero en Carral hoy se cena.

¿Porqué ese tipo de carnes, especialmente las de jabalí necesitan un control? La respuesta la ofrece un veterinario vinculado con la Xunta: «para evitar que la triquinosis que podrían tener los animales afecte a los humanos que ingieran la carne». Esta profesional dijo que era una temeridad no analizar las carnes para tener garantías de que no pertenecen a animales enfermos.

El veterinario dijo que, hasta ahora, se pensaba que la triquinosis era exclusiva de cerdos y de jabalíes y no así de animales eminentemente herbívoros, pero no es posible descartar que el corzo participe de la transmisión en algunas circunstancias.

Un cazador vinculado a la organización de la cena de esta noche aclaró que la carne no tenía ningún riesgo porque llevaba meses congelada. Efectivamente, los veterinarios confirman que la cocción a más de 75 grados durante por lo menos 30 minutos, la radiación y la congelación, a temperaturas muy bajas y durante un tiempo determinado, inactivan el parásito, pero, sin embargo, la salazón, ahumado y la desecación, no. En cualquier caso, la congelación no exime del correspondiente visado por parte de un veterinario oficial cuando se trata de carne para ser consumida en actos como el programado para esta noche por la cuadrilla de cazadores.