Revista de Prensa


José Manuel García, de Ganadería Oro casi convive con el jabalí, en As Lamas de A Veiga. Van y vuelven casi a diario. Los ve al amanecer, los espanta cualquier hora y muchos días sabe que pasaron al observar los destrozos al levantarse. Hace hace días observó una piara de cinco animales.
· 27/8/2009

«Seguramente son os que entraron a noite pasada; cando ven o macho solo fai menos mal, se son moitos destrozan o que queren». Un buen trozo de los 300 ferrados de maíz «ten o millo todo tumbado». Ya no sirve, comen o mordisquean las espigas y es producto perdido. La segunda parte, la de denunciar, es otra ruina. «Levoume 40 minutos conseguir conectar co teléfono da Xunta, para logo recoller un número para o expediente. Agora, tramitala denuncia», dice el ganadero, cansado de la situación porque además «as ayudas nin siquera compensan». Cuenta que hace tres años denunció, le dieron 300 euros y al exigirle más justificantes renunció porque tiempo y gestión «é máis caro». Ocurre con muchos. No denuncian y sin ésta la Administración no concede batidas.

José Manuel García, con otro ganadero, con el presidente de la sociedad de caza de Pontevedra y con el dirigente de Unións Agrarias, Javier Iglesias, fueron recibidos el martes en Medio Ambiente en Pontevedra. Todo el mundo acepta que hay sobrepoblación. Los Tecores dicen que no les dan batidas (abren oficialmente el fin de semana) y que deben autorizarse al momento de la denuncia para su efectividad. La Administración requiere denuncias y respetar épocas de cría y si no actúa antes es por desvío de personal a incendios y a plantilla en vacaciones. Los ataques se reiteran y antes o después «chegará a haber batidas todo o ano».

Quedan casi dos meses de maíz y de ataques. Abren las batidas pero el jabalí lalinense deberá aguardar porque las seis cuadrillas de Lalín estarán en una batida en Lugo.