Revista de Prensa


Según la tesis de Roberto Hermida, los cánidos salvajes de Galicia pertenecen a una subespecie singular ibérica, que bautiza como 'Canis lupus gallaicus' ·· Se caracterizan por su pelaje oscuro y un cráneo más ancho
Ángel Arnáiz · 29/3/2010

¿Existe un lobo autóctono galaico? ¿Puede presumir nuestra fauna de un lobo Galicia? ¿Son genuinos los 600 cánidos salvajes que se reparten por el mapa gallego? Parece que, en sentido estricto, no. Al menos eso es lo que se desprende de la tesis presentada en la Universidad de Santiago por Roberto Jesús Hermida Lorenzo, y dirigida por el catedrático de Parasitología de la Facultad de Farmacia de la USC Manuel Sanmartín Durán.

Los diferentes apartados del trabajo de Hermida Lorenzo, según explica, tratan de caracterizar el desarrollo craneal y corporal, las diferencias existentes entre sexos y la variabilidad geográfica del lobo en Europa. El principal resultado del estudio es la constatación de que la población del lobo ibérico está morfológicamente diferenciada, "algo que no descubre la tesis", precisa Hermida. Añade, sin embargo, que el trabajo aporta datos y enfoques novedosos que espera que "sirvan para que la inclusión de la población ibérica de lobos en una subespecie diferenciada sea aceptada en el extranjero".

El nombre que propone Hermida Lorenzo para esa subepecie, que se localiza en el cuadrante noroccidental de la Península Ibérica, es Canis lupus gallaicus. Puntualiza que el epíteto gallaicus "no se refiere a Galicia, sino a la Gallaecia romana".

La tesis concluye que los cánidos salvajes de la franja noroccidental ibérica, en la que figura Galicia, se distinguen de otras subespecies por su pelaje más oscuro y contrastado que en otras poblaciones europeas y un cráneo proporcionalmente más ancho. Por ello, Hermida Lorenzo propone que se debe considerar a los cánidos salvajes de la zona referida como subespecie diferenciadas de la subespecie nominal, de modo que quede patente su singularidad morfológica, y cree necesario que se le asigne una nueva denominación que lo distinga de la descripción hecha por Cabrera para el Canis lupus signatus.