Revista de Prensa


Los canes lucieron sus habilidades para dar con «Cosme» durante el concurso
J.M. Sande · 19/5/2010

Un jabalí muy peculiar, bautizado como Cosme, fue el centro de atención este fin de semana en Carnota, donde causó sensación gracias a un campeonato muy singular. Ocurrió el pasado sábado en la localidad carnotana de O Outeiro con la celebración de la séptima edición de la competición de rastro de jabalí atraillado, organizada por el Club Amigos dos Cans de Caza. Un total de veinticinco equipos de diversas localidades gallegas concursaron en la prueba, puntuable para la Copa de Galicia de esta modalidad.

Se trata, básicamente, de que los canes participantes saquen a relucir todas sus habilidades en la búsqueda del jabalí. El grifón Chino, con su dueño Alberto Arnoso, de Vilar Maior, se alzó con el trofeo. El jabalí Cosme, domesticado en la aldea de O Outeiro, fue el que sirvió de reclamo para los perros y engatusó a los curiosos.

Pasadas las ocho de la mañana se inició la prueba, momento en el que soltaron al jabalí Cosme de la cuadra en la que habita desde hace casi ocho años. Su dueño, Miguel Blanco, acompañó al cerdo por varios parajes de los montes próximos, haciendo diversos pases por caminos, parajes inhóspitos, fincas de labranza, tojales, regatos, y senderos del monte.

El animal siguió en todo momento al propietario, quien constantemente se dirigía a él con voz animosa para proseguir el paseo.

El chocolate como motor

El jabalí, además de la marcha por el monte y fiel a sus instintos salvajes, no se privó de horadar el terreno en varios lugares en busca de zonas húmedas, o simplemente por fortalecer su hocico. Cuando se retrasaba, su propietario lo llamaba a voz en grito, y también le obsequiaba, cada cierto tiempo, con el manjar predilecto del cerdo, nada menos que una dulce onza de chocolate.

Cerca de dos horas ocuparon cerdo y propietario en recorrer las veredas antes establecidas para efectuar el itinerario que deberían luego seguir los perros adiestrados en la persecución y caza de estos animales.

A las diez de la mañana volvieron a la localidad de procedencia. El animal, al parecer algo cansado y deseoso de engullir algunas especies forestales que brotan cerca de su cuadra, se paró degustándolas.

Solo entonces los veinticinco perros que participaban en el campeonato pudieron acercarse a las inmediaciones del recorrido. Eran ya las diez y media de la mañana. En ese momento se inició el campeonato de rastreo de jabalí atraillado propiamente dicho, en los montes del Tecor Societario Cinexética Carnotana de O Outeiro y Adraño. Los propietarios de los canes, adiestrados en estas lides, se dispusieron a iniciar la prueba una vez que se había sorteado el orden de salida de cada competidor.

Jueces y participantes se situaron a lo largo del itinerario y los perros comenzaron a «cantar» el paso del jabalí por las zonas establecidas.

Los cazadores llevaron a los perros sujetos con una cuerda al cuello durante el tiempo que duró la búsqueda del rastro. Después de un primer recorrido, se seleccionaron nueve finalistas de la competición, que tuvieron que demostrar de nuevo su instinto olfativo en la persecución del jabalí.

Clasificación

Una vez concluido el certamen, y sumada la puntuación de todos los participantes, se comprobó que Chino, con su porteador, Alberto Arnoso, había ganado la prueba. Seguidamente se clasificaron, José Antonio Moar, de Ordes, con su grifón azul de Gascuña, Boby; José Ángel Campos, de A Laracha, con el grifón Pancho; y Manuel Álvaro Fontenla, de Pontevedra, con su grifón Terco.

El cazador local Miguel Cambeiro Blanco, acompañado de un can beagle, de nombre Otelo, obtuvo el quinto lugar de la tabla.

Tras él quedaron Sergio García, de Boimorto, con un grifón llamado Kun; José Manuel Barreiro, de Senra, acompañado del sabueso Brus; Ángel Boullón, de Rois, con un grifón bautizado como Carca, y Andrés Paz, de Ribeira, a quien acompañó el grifón Mora.