Revista de Prensa


En una de sus nuevas incursiones en las fincas de cultivo de la comarca, el jabalí destrozó cerca de la tercera parte de una parcela de una hectárea en la que su propietario, Pablo Cacheda, había sembrado maíz.
Salomé Soutelo · 11/8/2011

Este vecino de Cello se percató de los daños ayer por la mañana, cuando iba a regar la finca para que el fruto pudiese soportar la sequía. "Hasta ahora, nunca tuve daños en mis fincas. Eso sí, el jabalí se acercó en varias ocasiones a la parcela colindante, que está a pasto, y se acercaba hasta los cables del pastor eléctrico". En la madrugada de ayer, el animal cavó prácticamente el prado vecino y, burlando los pastores de corriente, se internó en la finca, apetitosa porque las plantas ya estaban espigando. El problema es que las mazorcas que fueron mordidas por el jabalí no pueden aprovecharse para la alimentación de cerdos, porque podría contagiarles triquinosis.

Para las cooperativas y sindicatos, este nuevo ataque de fauna salvaje deja clara la necesidad de adelantar las batidas sin esperar a que comience la temporada de caza mayor. Para el presidente de la cooperativa Cobideza –que opera en la zona– Román Santalla, es preciso que se permita la caza del excedente de animales, como complemento a las batidas por daños que tuvieron lugar en junio. "A los agricultores también nos gustaría estar en la playa, pero no solo tenemos que cuidar a nuestros animales sino que ahora también tenemos que alimentar a los jabalíes de la Xunta", ironiza Santalla.

El sindicalista echa en falta una política más activa de la Xunta, tanto en prevención como en el pago de los daños que tuvieron lugar en los dos últimos ejercicios. El gobierno autonómico adeuda cerca de 300.000 euros a los agricultores de la zona por este concepto. Con esto, el sector debe afrontar unas pérdidas que llevan camino de repetirse y que, por encima, cuentan con el descenso de alimento alternativo debido a la sequía. "En España tenemos un 50% menos de forraje, que encima compran los franceses gracias a que su estado les concede una subvención para ello", recrimina.

Presión frente a otras zonas

Santalla también se hace eco de la difícil situación que atraviesa la zona por el ataque de jabalíes y de otras especies como el cuervo. Ayer el presidente de Cobideza y secretario comarcal de Unións se reunió con un grupo de ganaderos de los concellos coruñeses de Santa Comba, Zas y Mazaricos, "donde se cultiva tanto o más maíz que en Deza y que, sin embargo, soporta muchos menos ataques que nuestra comarca", recalca. Por ello, Unións urge que la Xunta tenga en cuenta el paquete de medidas que le remitió a finales de mayo para controlar esta fauna, que cuenta con varios refugios de caza en la zona.