Revista de Prensa


El Tecor de Meaño capturó el domingo tres de estos animales durante una de las batidas que realiza para controlar sus ataques a los cultivos, en donde causan grandes pérdidas
Damián Pereira · 27/9/2011

El jabalí lleva viviendo en los montes gallegos desde antes de que hubiera paisanos. Para su desgracia, sus hábitos chocan de raíz (precisamente) con los de los humanos. En O Salnés, cada vez que uno de estos animales entra en una zona cultivada cuasa unos destrozos que dejan muy maltrecho al propietario que los padece. Por ello, la labor de los tecores (sociedades de caza que controlan las poblaciones potencialmente perjudiciales) se hace imprescindible.

El pasado fin de semana, la Tecor de Meaño abatió a dos jabalíes el sábado y otros tres el domingo, uno de ellos, un macho, de casi cien kilos de peso. "Es un ejemplar grande. Normalmente suelen pesar 30 o 60 kilos, aunque hace 20 días cazamos otro de 130", afirma el presidente de la sociedad meañesa, Rafael Otero.

Otero explica que la población de estos mamíferos va en aumento y que los daños causados en los cultivos de maíz y, especialmente, en las parras, son muy grandes. "Este año empezamos las batidas en agosto debido a los daños", subraya el cazador, que también es agricultor y agradece el apoyo de la Xunta en el control de plagas.

Actividad regulada

Cada vez que un propietario de fincas presenta una queja, el ente autonómico revisa el caso y, si es procedente, permite la organización de una batida. Si en ella es capturado algún animal, parte o la totalidad de este se le entrega al afectado para compensar parcialmente los daños. Pero el destino de la carne de jabalí también puede ser otro: alguna de las fiestas que los cazadores organizan habitualmente al final de las temporadas de caza.

Este ha sido el caso del ejemplar de 100 kilos abatido el domingo en el coto de Meaño, que fue trasladado a la casa de Rafael Otero, que se encarga también de trocearlo y repartir su carne. "Nos juntamos unas 80 personas entre cazadores, familiares y amigos y cobramos una cantidad simbólica", comenta.

La Tecor

La sociedad de caza "Corazón do Salnés" de Meaño está compuesta por una cantidad variable de personas que oscila entre los 15 y 30 miembros que se reúnen para participar en batidas, habitualmente de jabalíes, aunque también podrían darse de otras especies invasoras, como los zorros.

En O Salnés, además de esta, también actúa la Tecor de A Lanzada, que se coordina con la meañesa. Rafael Otero asegura que la caza en la comarca es complicada debido a la dificultad del terreno y a la cantidad de recovecos y caminos de los que disponen los animales para huir, a veces moribundos, lo que a él le afecta especialmente, pues prefiere evitar que sufran.