La comarca coruñesa de Bergantiños tiene una superficie de maíz forrajero superior a la de Deza en medio millar de hectáreas. Es la cuarta con más maíz de Galicia mientras Deza es la sexta. En ambas el comarca el jabalí encuentra territorio adecuado para invadir cultivos. En ambas, los ganaderos vienen mostrando malestar y reclamando soluciones.

Arrancó Lalín con una acción municipal de búsqueda de soluciones abanderada por el edil Manuel Fernández hace ya un par de semanas. El movimento ya incluye a todo el sector si bien, dada la representatividad sectorial y la acción en este sentido histórica, cogió también su protagonismo Unións Agrarias. El edil, a través de la Oficina Agraria Municipal, eligió la vía negociadora directa ante Medio Rural, y poselectoral. Será el miércoles el día de reunión y de esperar respuestas. Unións viene cargando el zurrón de las demandas del edil con presión que está llegando a Santiago antes que el propio edil y el martes agudizará esa presión con catálogo de propuestas, y sin determinar si habrá gestos de protesta o ya quedaron aparcados en esa jornada.

Ya llevaba unos días Lalín mostrando su malestar contra los daños cuando Unións Agrarias capitaneó la reivindicación de los ganaderos de Bergantiños. Sin la intermediación institucional como en Lalín, Unións actuó negociando con los cazadores y comprometiéndolos en la necesidad de controlar y reducir la cabaña. Uno de los responsables de Unións que negoció en Bergantiños fue el sindicalista lalinense, Javier Iglesias.

Concretamente, en el municipio de Ponteceso, el acuerdo con los cazadores tuvo continuidad con la solicitud de estos a la Xunta de autorización para cazar. Estando en este momento el jabalí en período de veda, el sistema de caza autorizado es el de caza en espera, caza controlada y selectiva de los animales que producen daños, tratando de que cambien su comportamiento alimenticio y dejen de realizar las incursiones en busca del maíz que ni siquiera nació.