Los perdigones ecológicos
desarrollados tras una investigación
encargada y financiada por la
Real Federación Española de Caza
(RFEC) están listos para iniciar
una fase de pruebas tras numerosos
ensayos de laboratorio. La
nueva munición fue desarrollada
por un equipo de investigadores
dirigido por Francisco Javier Pérez
Trujillo, catedrático de Ciencia de
los Materiales e Ingeniería Metalúrgica
de la Facultad de Ciencias
Químicas de la Universidad Complutense
(Madrid).
A diferencia de los perdigones
clásicos no contiene plomo,
altamente contaminante y perjudicial
para el medio ambiente,
especialmente en los humedales.
Los nuevos perdigones constan de
una matriz de aleación metálica,
que puede ser de zinc y bismuto,
de zinc y aluminio, de estaño y
bismuto, o de estaño y zinc según
las propiedades deseadas, y un
interior formado por partículas
de refuerzo de wolframio o ferrowolframio.
La investigación garantiza la
obtención de todos los objetivos
marcados por la RFEC al poner en
marcha el proyecto en 2004: munición
carente de plomo u otros
metales altamente contaminantes,
propiedades mecánicas y balísticas
similares a las de la munición
clásica, y capacidad para ser
utilizada con las armas actuales.
Las características mecánicas y
balísticas, homologables a las del
plomo, debían ofrecer densidad,
peso, dureza, deformabilidad, penetración
y dispersión aerodinámicas
semejantes a los perdigones
clásicos.
Conforme a las pruebas realizadas,
supera con mucho las
prestaciones de la munición de
acero o de cerámica ya existente,
con la ventaja de ser mucho más
barata. Mientras que el perdigón
de acero o cerámica encarecería la
caja de cartuchos entre el 300 y el
400 por ciento (además de exigir el
cambio de armas), la nueva munición
ecológica supondría sólo
un aumento de entre el 25 y el 30
por ciento sobre los precios de la
munición actual.
Los nuevos materiales desarrollados
para esta munición ecológica
fueron patentados por la RFEC
y por sus seis inventores el 16 de
marzo de 2006 ante la Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual
(WIPO). Los primeros 700
kilos de esta munición, todavía
experimental, fueron producidos
en la fábrica montada al efecto en
Chiloeches (Guadalajara) el pasado
noviembre. |