Estos socios recuerdan que en la zona de caza permanente de Lebozán, que abarca unas 400 hectáreas, no están permitidas batidas de jabalí ni de caza mayor en temporada "además con sanciones que van de los 6.000 a 30.000 euros". Afirman que Nistal debería informar a los asociados de cuestiones como esta, si bien el dirigente aclaró en otras ocasiones que corresponde a los tecores delimitar las áreas y días para los ganchos de jabalí, descartando algunas zonas por su peligrosidad al coincidir con días de caza menor.

"No es cuestión de recaudar más, sino de invertir mejor", dicen, y acusan a la junta de no realizar gestión cinegética, con políticas de repoblación "totalmente erróneas". "Perdices y conejos se pagan con el dinero de todos y solo las disfrutan unos pocos", sentencian estos socios.