En declaraciones realizadas a Efe, Hartasánchez ha asegurado que la política de permisos de caza en esa comunidad, pese a ser legal, es "una auténtica barbaridad y atenta contra la conservación del oso pardo".

Para el presidente de esta organización medioambiental asturiana, que la Junta de Castilla y León autorice estas batidas supone "una situación verdaderamente insólita y engañosa, ya que esta autonomía recibe muchísimos millones de euros de la Unión Europea para la conservación del oso pardo".

Ha subrayado que los rastreos pueden llegar a participar hasta noventa perros de razas consideraras especialmente peligrosas que persiguen todo tipo de fauna salvaje de la zona y que pueden localizar a crías de oso y matarlas.

Hartasánchez ha dicho que este tipo de caza "puede ser una de las causas" por las que la población de oso pardo no evoluciona favorablemente en la zona oriental de la cordillera Cantábrica.

En este sentido, ha recalcado que los últimos trabajos de identificación genética realizados sobre una buena parte de la población osera cantábrica ponen de manifiesto que el fenómeno de la incomunicación entre las dos poblaciones de osos que habitan en la cordillera Cantábrica no existe.

Hartasánchez ha reseñado que, pese al constante viaje de ejemplares entre comunidades, la población en Castilla y León sigue siendo estable o disminuye.

Ha asegurado que los estudios genéticos ponen de manifiesto que la población osera oriental sufre "una contante mortandad de ejemplares" que la impide recuperarse.

Por último, ha indicado que el fenómeno no es nuevo, ya que "desde hace más de una década, la aparición de osos muertos en Castilla y León se repite permanentemente, asociadas siempre a causas condicionadas por el ser humano, especialmente veneno y muertes por disparos".