Las escopetas, los cartuchos, los perros y la pasión de alrededor de 1.500 hombres y mujeres de la comarca ya brillan porque la campaña de caza está a punto de comenzar. Aguardan como agua de mayo ese 19 de octubre, fecha en la que la Xunta rompe el cordón inaugural de la temporada, que se prolongará hasta el 6 de enero de 2015 -los días de la semana en los que se permitirá su ejercicio dependerán de que se trate de una u otra modalidad de caza mayor o menor-.

La temporada se espera muy buena. Los cazadores han hecho un esfuerzo de la mano de la federación de caza y de la Xunta para repoblar los montes y proteger a las especies de las temidas enfermedades. Cuentan en la zona que los bosques de Coirós y Paderne están superpoblados de conejos.

Pero no por ser de Betanzos, de Abegondo o de Arteixo se tiene que cazar en la comarca. De hecho, los cazadores suelen ir lejos. El betanceiro Antonio Cotos, apasionado de la perdiz, acude a Peña Trevinca. Al sadense Gustavo Teixido no le queda otra que viajar hasta la laguna de Antela, en la provincia de Ourense, para abatir codornices. A Lugo ya no se va tanto. Cuentan los cazadores que tiene mucho monte, pero pocas piezas.

En Galicia serán unos 40.000, los que salgan al bosque dentro de dos semanas -existen alrededor de unos 46.600 federados y otros 20.000 que no lo están-. Todos esperan una «buena» temporada en cuanto a número de conejos y en la que «se ven más bandos de perdices que otros años».

Así lo creen desde la Federación de caza, de la que responde su presidente, Javier Nogueira. Dice que este año «parece que va a ser un poco mejor que los anteriores». Cree que sin llegar a ser extraordinaria, la temporada de conejo será «muy buena», y la perdiz «ha criado muy bien este año».

Aunque, las expectativas en lo referente a caza menor han venido descendiendo progresivamente en los últimos 20 años, tanto en la comarca coruñesa como en el resto de Galicia debido a los cambios de hábitat.

La caza menor fue siempre la modalidad cinegética más practicada en la comarca. Pero de unos años para aquí le ha ido ganando terreno la caza mayor, pues ha resurgido la batida al jabalí, y hoy se puede decir que ya son casi mayoría. La caza menor tiene en la perdiz roja a su reina indiscutible y, junto a ella, el conejo, la codorniz, la paloma o la liebre hacen de esta caza una de las preferidas por los aficionados.

Los jabalíes siguen suponiendo un importante quebradero de cabeza para los agricultores que observan, impotentes, como estos animales continúan destrozando sus cosechas. Ni siquiera las más de 250 batidas llevadas a cabo en la zona desde enero, ni los más de doscientos animales cazados en este período, han dado tregua a los cultivos. Se necesitan más batidas.

Pero cada vez hay menos cazadores. La crisis, debido a que la caza no es una afición o deporte nada barato, causó infinitas bajas en Galicia. Así, en 1997 había en esta comunidad casi el doble de cazadores de los que hay en la actualidad.