Algunos cazadores de la zona aseguraron que se mataron unas diez piezas, entre las cuales podría haber hembras a punto de parir y otras que lo habían hecho recientemente, y no dudaron en afirmar que incluso podrían haber caído bajo las balas algunas crías, lo cual está estrictamente prohibido por la ley.

En una decisión de la Consellería casi sin precedentes, concedió dos días consecutivos de cacería en plena época de cría, el sábado y domingo pasados, alegando que en la parroquia de Carteire, Palas de Rei, más de 60 vecinos de los lugares de Bruzos y Cobreiro se habían quejado de los daños que les producían los jabalíes en sus fincas. Además de que en estos momentos casi no hay cultivos en las tierras -los jabalíes únicamente podrían dañar los prados- la autorización se concedió sin que conste informe ni valoración previa de los técnicos de Medio Ambiente sobre dichos daños.

Por otra parte, los cazadores denunciantes de los hechos aseguran que probablemente no se notificó la cacería a la Guardia Civil del municipio, tal como era preceptivo.

Ahora esperan que los participantes en los hechos entreguen en la Consellería en el plazo de diez días los precintos de caza sobrantes, para poder comprobar cuantas piezas se abatieron y contrastar los datos. También esperan una aclaración del agente de zona que debería comprobar la cacería.


«Una matanza impropia de un delegado y que repugna a casi todos los aficionados»

El experto Francisco Chan aseguró que los hechos que le fueron narrados constituyen «una matanza vergonzosa impropia de un delegado de Medio Ambiente por concederla fuera de temporada, y repugna a todos los aficionados». Chan considera inaudito que el delegado, e incluso el presidente del coto, si es que había un problema puntual de daños, no hayan recurrido para ahuyentar a los animales a otras técnicas «utilizadas en infinidad de ocasiones, como las batidas sin armas, para que huyan; o incluso usando armas se pueden realizar esperas selectivas. Cualquier solución es mejor que asistir al triste espectáculo de madres lactantes muertas y rayones destripados, que por lo que algún participante me ha transmitido, difícilmente puede definirse como caza», aseguró Francisco Chan.


Se autorizó una «montería», que permite participar a 50 tiradores y es más propia de Castilla que de Galicia

Uno de los cazadores denunciantes, Francisco Chan, colaborador de la Federación Española de Caza, recordó ayer que el extraño comportamiento de la Delegación de Medio Ambiente -cuyo delegado, Eduardo Vidal, está en funciones- se agrava por el tipo el permiso concedido: una montería. Esta figura permite que concurran hasta 50 cazadores, lo que es propio de lugares abiertos como en Castilla, pero nunca se permite tal cantidad de escopetas en Galicia. La propia autorización es confusa porque en algunos párrafos del texto utiliza el término «gancho», que sería lo correcto, si no fuese en época de cría.