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De pedigrí y pura sangre
La lluvia dio ayer una tregua para que los vecinos de A Estrada y Vila de Cruces disfrutasen de una jornada de feria en la que el reino animal fue protagonista indiscutible.
| A.Cela / A.Loño · 20/4/2009
Los estradenses asistieron a la tradicional Feira de Pascua, en la que la tradición caballar se manifiesta con la exposición, venta y exhibición de équidos. A ello se sumó la degustación gratuita de rosca, queso y sidra. Por su parte, Cruces reunió a un millar de perros en la tercera edición de su Feira de Cans de Caza, una cita plenamente consolidada que logró congregar a más de 2.000 personas.

En una jornada más primaveral de lo aguardado, A Estrada y Vila de Cruces pudieron disfrutar ayer plenamente de la celebración de dos citas feriales en las que perro y caballo fueron protagonistas. En la localidad estradense se celebró la Feira de Pascua, una cita que tradicionalmente se dedica a la exaltación de la tradición caballar que existe en estas tierras a través de la exhibición y venta de estilosos y poderosos ejemplares equinos. Por su parte, Vila de Cruces acogió la tercera edición de su Feira de Cans de Caza, un certamen plenamente consolidado y capaz de atraer a más de 2.000 personas, deseosas de admirar al millar de ejemplares caninos que participaron en los concursos y estuvieron a la venta.
En A Estrada la actividad, organizada por el concello en colaboración con la Sociedade Cabalar Estradense (Socade), comenzó temprano. Los músicos de la Banda Cultural da Estrada dieron los buenos días a los ciudadanos con un pasacalles, mientras que en el entorno de la Praza da Feira numerosos caballos se dispusieron a lucir palmito ante sus exigentes ojeadores. Fueron muchos los que no quisieron perder la ocasión de disfrutar de la belleza de los ejemplares del mundo equino concentrados en este entorno, aún cuando su intención no fuese la de llevarse uno a casa.
En esta misma plaza se instalaron diversos puestos de productos hortícolas de la temporada, además de artesanía en madera o cuero, sin faltar las propuestas especializadas en artículos para los amantes del mundo del caballo. Al mediodía arrancó otro de los momentos más aguardados de esta feria. La rosca, el postre típico de Pascua, elaborada por panaderos y pasteleros estradenses comenzó a ser cortada y servida para deleite de todos los vecinos. Se distribuyeron 90 kilos de este postre, que muchos no dudaron en acompañar de la sidra ecológica confeccionada con manzadas de A Estrada, bien fuese en su versión natural o en la más dulce y burbujeante, o del queso del país que ofreció gratuitamente desde otro puesto la firma local El Labrador Estradense. Si la mañana estuvo protagonizada por la feria caballar y la degustación de estos manjares, la tarde se dedicó a la exaltación del mundo ecuestre. El experto en doma natural Marc Planas, que acaba de regresar de una estancia en Sabucedo para estudiar el modo de vida de los caballos de O Santo, ofreció al numeroso público presente una exhibición, en la que procuró demostrar cómo montar un caballo sin necesidad de dominarlo, simplemente llegando a él con el lenguaje corporal. De igual modo, los niños pudieron pasar la tarde a lomos de uno de estos animales participando en el bautizo hípico, una actividad promovida por Socade.
La tercera Feira de Cans de Caza cruceña superó las optimistas previsiones iniciales y congregó a más casi dos millares de personas en el campo de la feria desde primeras horas de la mañana y hasta pasadas las 15.30 horas, cuando concluyeron los concursos morfológicos. Pese a que el evento fue uno de los últimos en crearse, ya está consolidado como uno de los referentes en la comunidad autónoma, tanto por afluencia de visitantes como por el número de ejemplares que, desde todos los puntos de Galicia, se mostraron ayer en el municipio. La organización cifró en casi un millar los perros, tanto los expuestos para la venta como los que participaron en los concursos, a los que este año la organización destinó algo más de 1.000 euros en premios. Aunque no se registraron transacciones muy elevadas, sí se mantuvieron muchos contactos entre cazadores y criadores, mientras que el precio de los ejemplares oscilaba entre los 100 y los más de 1.200 euros, a los que se cotizaban los beagles de la conocida firma de Cerceda Beagles Carril. Precisamente, esta perrera ganó el premio de mejor camada y la mejor jaula fue para los sabuesos presentados por Fernando Magdalena, de Moaña. En el recinto ferial el público pudo contemplar canes de numerosas razas de rastro, aunque los ejemplares empleados para la caza del zorro y jabalí eran los más numerosos. “Bracos de Beyma”, sabuesos españoles, beagles, magníficos grifones, algún majestuoso “Setter inglés”, varios podencos ibicencos y hasta perros de “agarre” como un “Villano hispano” fueron los animales más perseguidos por los numerosos aficionados que se desplazaron ayer a Cruces.


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