La belleza, el porte, el desparpajo, el carácter o desfilar por la pasarela como una 'miss', en el caso de los certámenes de belleza, o la rapidez y la precisión en las competiciones de rastro y obediencia, son sólo algunos de los requisitos imprescindibles para los perros de pedigrí que aspiran a convertirse en campeones de su raza o especialidad. Sólo en Galicia, alrededor de 400 criadores de los 1.500 inscritos en la Sociedade Canina Galega participan, anualmente, en exposiciones nacionales e internacionales. Una actividad que requiere mucha dedicación, pero que se ve recompensada cuando uno de sus ejemplares se alza con un premio

Son capaces de desfilar por la pasarela con el mismo estilo y gracejo que cualquier miss o modelo internacional, aunque, eso sí, no lo hacen sobre un par de tacones kilométricos, sino a cuatro patas. Miles de perros de pedigrí de todo el mundo aspiran, año tras año, a convertirse en campeones de su raza o especialidad. Sólo en Galicia, alrededor de 400 criadores de los 1.500 inscritos en la Sociedade Canina Galega participan en exposiciones nacionales e internacionales, y lo hacen "cada vez mejor", según reconoce el propio presidente de la entidad gallega, Manuel Mera. "La verdad es que no podemos quejarnos, porque el nivel de Galicia, en los certámenes caninos, está siendo muy elevado. De hecho, la Sociedade Canina Galega es la entidad española que más títulos consiguió durante 2009, sólo por detrás, evidentemente, de la Real Sociedad Canina de España (RSCE)", explica Mera.

En las exposiciones caninas no sólo se premia la belleza. El perro ha tener desparpajo, debe ser sociable y, además, tiene que saber comportarse en el ring. De ahí que los aspirantes a campeones sean adiestrados desde cachorros. "Los perros que participan en exposiciones y concursos tienen que saber moverse con la correa y, además, deben ser sociables con las personas y con los otros perros. Los jueces los van a someter a un exhaustivo reconocimiento, que incluye la revisión de la boca, las patas, las orejas... y los animales deben ser capaces de aguantar el tipo sin inmutarse ", explica Mera.

En la misma línea se manifiesta la coruñesa Esther Blanco Bao, propietaria del criadero de rottweilers Da Cruna, en Abegondo, y juez nacional de concursos caninos de belleza, quien asegura que lo que más se valora, en ese tipo de certámenes, es que los perros se ciñan "lo máximo posible" al estándar de su raza. "De lo que se trata es de buscar al ejemplar más perfecto de una raza, por eso se analizan aspectos como la longitud del animal, el tamaño de cabeza, la forma de las orejas, etc. El perro que más se aproxima al prototipo de la raza es el que, finalmente, se considera más bonito", explica Blanco Bao, y añade: "Aunque la morfología es muy importante, los jueces también miramos mucho que los canes tengan buen carácter, incluso, en el caso de las mal catalogadas como razas potencialmente peligrosas, que en realidad no lo son", apunta la criadora coruñesa.

En el mundo de las competiciones caninas no todo son certámenes de belleza. Los ejemplares de razas de caza, por ejemplo, también compiten por ser los mejores en los grupos de trabajo. Y también hay campeonatos en los que lo que los jueces premian es la capacidad de los perros para superar recorridos con diversos obstáculos siguiendo unas reglas específicas, o para realizar diversos ejercicios junto a un guía.

Las opciones para competir son, por tanto, muchas y muy variadas. Eso sí, que un perro o una pareja de perros sean campeones en una o en varias modalidades (belleza, agility, rastro, obediencia...) no significa que sus hijos también lo vayan a ser, tal y como reconoce Eva Vázquez Rivas, copropietaria del criadero de lasha apso y shih tzu La Costa Sanvaz -situado en el municipio coruñés de A Pobra do Caramiñal-, quien asegura que la genética, por sí sola, no hace a un perro ganador.

"Adquirir un perro con una buena línea de sangre garantiza, fundamentalmente, que ese animal va a estar libre de enfermedades congénitas, pero en ningún caso implica que vaya a ser un campeón nato. Para lograr que así sea, hay que empezar a trabajar con él desde muy pequeño y, sobre todo, es necesario someterlo a unos cuidados muy exhaustivos. Además, a la hora de competir en los certámenes de belleza, hay que tener mucha picardía para saber disimular, lo mejor posible, los defectos que pueda tener el animal", subraya Vázquez Rivas.