El que fuera antaño uno de los espacios del lobo, alberga hoy unas pocas cabezas y su conservación está en peligro. La Asociación para el Estudio y la Conservación del Lobo Ibérico localizó tres manadas en la Serra do Suído y dos de ellas se han reproducido, situando la media en 3,3 lobatos por grupo. Buscan cobertura vegetal, agua y tranquilidad para crear sus loberas, incluso en lugares habitados por el hombre.

La Asociación para el Estudio y Conservación del Lobo Ibérico ha analizado, bajo la dirección de Miguel Mosquera, durante los últimos cuatro años, la evolución de tres manadas existentes en los montes del sur de Galicia, entre las provincias de Pontevedra y Ourense, lo que comprende la Serra do Suído. Dos de los grupos de lobos habitan en territorio de la provincia de Pontevedra y un tercero en la de Ourense.

Aunque reconocen que no es demasiado tiempo de estudio para extraer conclusiones definitivas, sí constituye un acercamiento a la situación actual de la especie.

Mosquera asegura que antes de la época de cría, estas manadas están constituidas por una media de 4,3 lobos, aunque no se descarta que el número sea mayor ya que algunos de estos mamíferos carnívoros son flotantes y no están cohesionados al grupo.

Los investigadores pueden afirmar que al menos dos de estas manadas localizadas se han reproducido; una de las dos de la provincia de Pontevedra y la localizada en Ourense. De los cachorros que han nacido han sobrevivido una media de 3,3 lobatos.

Las dos manadas que han conseguido reproducirse habitan en el entorno de un parque eólico. Ambos grupos han establecido sus loberas en zonas de difícil acceso próximas a los aerogeneradores. "Se podría pensar que el lobo con su capacidad de adaptación, ha conseguido sobreponerse al impacto de los parques eólicos, pero las consecuencias de estas infraestructuras en sus poblaciones activas todavía están sin resolver", afirma Miguel Mosquera.

Existe la creencia popular de que los lobos sólo habitan en zonas geográficas muy salvajes, sin embargo, no siempre es así, tienen una alta capacidad de adaptación y pueden vivir en lugares próximos a zonas urbanizadas aunque pasen desapercibidos para el hombre debido a su carácter huidizo. "Se ha podido constatar que los lobos para establecer su lobera necesitan cobertura vegetal, agua cerca y algo de tranquilidad", asegura Mosquera, quien comenta que la manada que habita en la zona de Ourense tiene la lobera a muy pocos metros de una pista que rodea la mancha forestal, por la que los fines de semana se puede ver a personas caminando y montando en bicicleta muy cerca de la lobera.

Durante el estudio se ha constatado que la relación entre lobos en las tres manadas es armoniosa, lo que desmentiría el carácter marcadamente agresivo de esta especie con disputas jerárquicas y por alimento. "No se ha podido registrar ninguna agresión entre los miembros del grupo", apunta Mosquera, y añade que "con toda probabilidad se producen pero no forman parte de la rutina cotidiana del lobo".