Esta legislación obliga a los organizadores de las rutas de todoterrenos, quads y cualquier otro vehículo similar a pedir autorizaciones específicas para desarrollar sus actividades y respetar una serie de requisitos que, según constatan los agentes medioambientales, en muchos casos no se cumplen.

Uno de los encargados de esta vigilancia en la comarca explica que los pasos a dar por los aficionados para usar el monte con fines lúdicos o deportivos van desde la autorización de la Consellería de Presidencia, «como para calquera outra concentración», pasando por el plano detallado del recorrido, con ortofotos incluidas, la coordinación con los cotos de caza para que no se solapen las actividades y la antelación suficiente para que los agentes puedan examinar, punto por punto, el impacto sobre los hábitats naturales. Además, estos permisos no se conceden, bajo ningún concepto, entre junio y septiembre, los meses con más riesgo de incendio en los montes.

El funcionario, con una dilatada trayectoria en el sector, asegura que una parte importante de los organizadores y los participantes en las rutas incumplen claramente la normativa. «Hai que ter en conta que 90 ou 100 vehículos pasando a toda velocidade polo mesmo punto fan moito dano, e xa non digamos se se vadean ríos ou as rutas pasan por puntos de alto valor natural, con especies vexetais escasas ou en perigo de extinción», recalca.

Además, el experto saca a la luz una particular forma de turismo relacionada con este sector: «Noutras autonomías isto está totalmente prohibido. Por iso a xente de Toledo, de Madrid ou de Castela cando ve 'ruta de todoterreos na Costa da Morte' apúntase enseguida, porque sabe que vai poder ver unha paisaxe espectacular, comer marabillosamente e todo iso».

En cambio, el encargado de la protección de la naturaleza también resalta el error que supone generalizar, y cita la última ruta organizada en la zona de A Coruña, donde los responsables extremaron las precauciones al máximo para cumplir la normativa, o una actividad similar realizada en Carballo, donde los responsables del club y los agentes medioambientales estuvieron en contacto directo para evitar el paso de los vehículos por las zonas en las que pudiesen causar más daño.

Entre los aficionados, que se declaran como los primeros interesados en conservar el patrimonio natural, la visión del problema es totalmente distinta, e incluso han surgido iniciativas como la web www.noalaleydemontes.es, que clama por el derecho de utilización libre de los espacios forestales y que «no se pongan puertas ni cadenas al campo».