La sentencia del juzgado de Caldas es la primera batalla que gana Serafín Barcala Ferro. Este vecino de San Clemente cree que las fotografías que pudo aportar fueron determinantes para que lo exculparan de toda responsabilidad en el accidente de circulación.
No obstante, este hombre tiene en marcha otro proceso. Se trata de una demanda judicial contra Audasa por la muerte de su perro de caza. La concesionaria de la AP-9 no se presentó al acto de conciliación, según confirmó ayer la abogada de Serafín Barcala. Este hombre reclama una indemnización de 1.000 euros por el valor del can atropellado, además de 800 euros por el daño moral causado.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Caldas de Reis ha condenado a la concesionaria de la AP-9, Autopistas del Atlántico (Audasa), como responsable de un accidente de tráfico ocurrido en el 2010. Aunque el siniestro lo provocó un perro de caza que irrumpió en la vía, en el fallo se atribuye toda la culpabilidad a Audasa por la mala conservación de la valla de protección.
La compañía de seguros del turismo, que tuvo que hacer frente a los daños sufridos en el coche -que ascendieron a 3.337,17 euros-, acudió a los tribunales para reclamar esa cantidad a Audasa y al propietario del can, Serafín Barcala Ferro. En la sentencia firme dictada hace unos meses se absuelve a este vecino de San Clemente de cualquier responsabilidad. En este sentido, se afirma que de la prueba practicada en las actuaciones quedó acreditada la concurrencia de una «circunstancia de forza maior» que exime de responsabilidad al dueño del perro en el accidente. Algo que en el juicio confirmaron varios testigos.
El siniestro se produjo el 11 de julio del 2010 a la altura del punto kilométrico 107,5 de la AP-9. Eran las 11.10 horas cuando el can de Serafín, un grifón marrón de nombre Sol, irrumpió en la calzada. Tras el impacto, el animal murió en el acto y el vehículo que lo arrolló, un Volkswagen Passat, sufrió importantes daños materiales. Las tres personas que viajaban en el turismo resultaron ilesas.
En el juicio quedó acreditado que Serafín Barcala se hallaba en terrenos propiedad del tecor de Caldas, en una zona de adiestramiento para perros de la parroquia de Bemil, y que en las inmediaciones de donde se encontraban no existía valla que separara el tecor de la autopista.
En la sentencia se condena a Audasa al pago de los 3.337,17 euros a la compañía de seguros, además de los intereses legales. La jueza ve una actuación «certamente neglixente» por parte de la empresa encargada de la conservación, ya que la valla estaba en malas condiciones, tirada por el suelo e incluso en algunas zonas no la había, ya que se habían colocado los postes pero no las redes.
Ocurrió el 11 de julio del 2010 en la AP-9 a su paso por el kilómetro 107,5, en el municipio pontevedrés de Caldas de Reis.
El Volkswagen Passat arrolló a un perro de caza que entró en la autopista por una zona donde la valla de protección estaba en mal estado o no existía. |
